CAPÍTULO IV-2

2644 Words

—Yo pensé que más bien le ocurría lo que a mis cuadros, bellas y valiosas piezas, imposibles de reponer— dijo el Conde pero, al mismo tiempo, necesitan de una limpieza y un nuevo marco. —Esa es una manera muy amable de decirlo— repuso Devona—, pero tiene usted razón. Sí necesito un nuevo marco, mas no tengo idea de dónde comprarlo. —¿De verdad que nunca ha estado en el pueblo? — preguntó el Conde. —Su tío se hubiera horrorizado ante la idea— respondió Devona—, y como él nunca le daba dinero a mamá, no hubiera venido al caso ir hasta allí, si no teníamos con qué comprar algo. —Toda esa historia es increíble— dijo el Conde—. Es difícil poder comprender cómo un ser humano pudo comportarse de un modo tan monstruoso. Devona guardó silencio y el Conde continuó. —Pero no hay que buscar dis

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