[FRANCO]
Salir de su camarote para venir a mi suite a cambiarme y después irnos a desayunar ha sido todo un reto, de verdad no quería separarme de ella. Lo que me pasa con Brisa es inexplicable, tanto que me da pánico… no sé como reaccionar y si no estuviéramos en un crucero, probablemente ya hubiera salido huyendo del miedo que tengo. La puerta de una de las otras suites ubicada en este mismo pasillo se abre y de allí salen Martin e Ian —¡Miren quien regreso!— Exclaman al unísono como si fueran dos adolecentes y al parecer todos estaban esperando esta señal para salir de sus habitaciones ya que las puertas de donde se quedan Carlos, Emanuel y Diego también se abren.
—¿Quieren anunciarlo con todos los pasajeros?— Pregunto sarcásticamente, pero Martin no me hace caso y simplemente me agarra del brazo para hacerme entrar a su suite y todos los demás nos siguen.
—¡Nos tienes que contar todo ya!— Exige mientras hace que me siente en el sofá y me rio de su actitud tan infantil.
—Parecen mujeres— Me quejo y rio de su actitud.
—No… solo queremos saber que tal le fue a nuestro mejor amigo. Por fin te gusta una mujer después de lo que paso… es para celebrarlo— Intercede Diego.
—Pues, que les digo… Brisa es hermosa, me encanta…— Admito.
—¿Y?— Presiona Ian —¿Pudiste besarla?— Cuestiona y asiento.
—Si… la bese, dormimos juntos—
—¡¿Tuvieron sexo?!— Exclama Carlos y rio.
—¡No! Es decir… ganas no me faltaron ¿sabes? Pero… si… eso… Dios, me siento un idiota…— Me quejo y me rio de mi mismo.
—Te excitaste… ¿eso?— Pregunta Emanuel quien es el más centrado de todos.
—Si… no te voy a negar que sentí un poco de culpa, es que desde lo de Tamara, yo no me sentí así por ninguna mujer, pero con Brisa me pasa de todo incluyendo miedo. Es que la conocí ayer y me siento así, esto no puede ser normal o ¿sí?— Digo en voz alta y mis amigos se sonríen.
—Franco, no puedes sentir culpa por sentir lo que sientes. Lamentablemente Tamara ya no esta aquí y tú si. No puedes dejarte morir en vida, eres un hombre joven que merece ser feliz y si en esta mujer que has conocido ayer puedes encontrar la felicidad, te aconsejo que te animes— Me alienta Emanuel y asiento.
—Estoy intentándolo, solo que es muy difícil, esa maldita enfermedad se llevo todo y a veces siento que me arrastro también, ni siquiera pudimos disfrutar de la noticia de que íbamos a ser papás…—
—Franco, no te atormentes más— Intercede Martin —No fue la culpa de nadie que el cáncer fuera tan agresivo y que el mismo día que supieran que serían padres le diagnosticaran la enfermedad…— Me intenta alentar, pero todo esto siempre me golpea demasiado fuerte.
—No tuve ni tiempo de despedirme de ella, todo paso tan rápido— Murmuro mientras que mis ojos se cristalizan.
Siento como mis amigos se acercan a mi para abrazarme y darme aliento una vez más y es que ellos siempre han estado conmigo durante este tiempo tan difícil, uno donde por momentos yo he sido tan solo un fantasma —Amigo, queremos verte feliz— Escucho la voz de Diego y de inmediato comienzo a limpiar mis lagrimas.
—Lo estaré… lo siento, saben que me pongo mal con todo esto, pero buen, la cuestión es que con Brisa hemos quedado en ser compañeros de viaje, asique me verán con ella. Voy a tratar de vencer todos mis miedos y de que los fantasmas queden a un lado, pero como saben, hare las cosas a mi manera asique no me presionen y dejen que es hombre chapado a la antigua vaya a su ritmo— Digo con un poco mejor de animo y es que lo que menos quiero es arruinarles el viaje.
Martin se sonríe —Muy bien, mientras que vayas hacia adelante, nosotros felices ¿no?— Les pregunta a todos y asiente.
—¡Si!—
—Bueno, me iré a duchar que tengo que pasar a buscar a Brisa a su habitación, hemos quedado de ir a desayunar juntos— Me justifico poniéndome de pie y como era de esperarse los comentarios bastante graciosos de parte de todos ellos no se hacen esperar.
No sé que haría sin mis amigos, ellos siempre han estado para mi, me han ayudado a salir adelante en los momentos más difíciles de todos y en otros como estos me alientan para seguir adelante y no rendirme a pesar de las dudas que puedan surgir. Sé que tienen razón, que nada de lo que paso es mi culpa y que tengo el derecho a volver a enamorarme, a seguir viviendo, a tener una nueva ilusión e intentare luchar en contra de la culpa para poder disfrutar de estos hermosos sentimientos que Brisa esta generando en mi y que tanto me gustan.