¡Heroína!
Todo el sentido de una heroína era tener algo que nadie más tenía, una gran determinación, un poder especial, mucha disciplina o vivir una tragedia y superarla, los héroes estaban diseñados para resaltar y la heroína siempre era de esa forma, ella resaltaba.
Liluina nunca pudo ser más simpática, tampoco pudo ser más fuerte ni la más inteligente y no era rival cuando se trataba de tocar el piano, lo único que tenía y en lo que la heroína jamás podría vencerla era su elegancia y su sentido de la moda.
Una lágrima rodó por su mejilla – no me veas.
Erina llegó de prisa, apenas podía cargar las tres cajas de maquillaje y las puso sobre la mesa – aquí tiene – trató de sentarse para ayudarle.
– Erina, espera afuera un momento – le dijo Lucas.
– Joven Le Mar, lo siento mucho, solo
