Felicia Residian se tomaba una pequeña pausa para platicar con Agustina Viena cuando Giovani llegó al jardín – busco a la señorita Felicia. – Esa soy yo, Felicia Residian, gusto en conocerte chico nuevo. Todos lo llamaban de esa forma – Giovani Luan, estaré trabajando con usted. Agustina se levantó – entonces te dejaré sola, hay sábanas que lavar – lanzó una mirada de complicidad a Giovani que Felicia no captó. – No hay mucho trabajo en el jardín, solos unos cuantos arbustos por aquí y por allá, lo más pesado es apalear la nieve y eso lo hacen los soldados – lo miró – escuché que te lesionaste el hombro, ¿cómo sigues? – Tengo suficiente movilidad. – También escuché que se abrieron tus puntos. Giovani frunció los labios y asintió, no podía explicar que ese fue un accidente o que ni s