El día era caluroso y Erina se tomó un largo tiempo eligiendo su vestido de novia, así como los otros arreglos, para cuando salió de la tienda el carruaje se llenó de bolsas – muchas gracias señora. – No te preocupes. Lucas esperó por ambas y envió a Jeremy a que cargara las bolsas – todavía es temprano, ¿algún lugar al que quieras ir? Liluina no dudó que Lucas la llevaría a donde ella quisiera, pero estaba cansada del clima y quería volver a casa – quiero ver a los artesanos, dijiste que irían hoy a la mansión. Lucas resopló – fue lo que imaginé, vamos – supuso que eso pasaría, conocía a Liluina desde el condado nevado y sabía que aparte del trabajo no quedaban muchas cosas en su cabeza, solo esperaba con el paso del tiempo ganarse un lugar en su mente, aunque fuera uno pequeño. Desd