Capítulo 31 Es más confiable que mi padre Después de dejar todos los artículos descuidadamente sobre la cama que solo estaba cubierta por un forro protector y una desordenada colcha, si cualquier persona que conociera a Sebastián viera esta escena, definitivamente entraría en pánico; pues, una cama sin sábanas para este hombre representaba un insulto y era capaz de despedir a todo el personal por ello; pero en este momento, ni siquiera tuvo tiempo de mirar el estado del desordenado dormitorio, no podía importarle menos la cama o el piso. Se acercó caminando con calma a la mujer, la atrajo a sus brazos envolviéndola de manera protectora en ellos, mientras la llevaba a sentarse a la mesa y le hablaba tiernamente al oído “hermosa… de verdad no tienes necesidad de tomar decisiones tan irra