Orión Comencé a sentir un olor sutil y delicado, un aroma que destacaba entre los demás como una sinfonía de dulzura y frescura. Era como una caricia olfativa, envolvente y tentadora. Las notas de este aroma se entrelazaban como los pétalos de una rosa recién desplegada, con toques de frutos rojos maduros y un suave matiz de vainilla. Cada inhalación revelaba capas de esta fragancia que parecía bailar en el aire, acariciando mis sentidos de una manera cautivadora. —¿Hueles eso? —le pregunté a Lucas, tratando de compartir el encantador aroma con él. —¿Qué?, bueno aquí huele a alcohol, hormonas y baños mal limpiados si a eso te refieres, y si no es ese el olor que estás sintiendo, te sugiero que recluyas a Ciro de una vez —respondió él, sus palabras mezclándose con el gruñido de Ciro en m