Orión Me desperté en medio de la noche con un dolor fuerte en el brazo. Salté de la cama al reconocer que ese dolor no era mío. Mierda, Octavia, ¿qué has hecho? "Alfa, hay un intruso en la morgue del hospital de la manada, una chica..." No pude escuchar más, me puse unos pantalones deportivos y salí corriendo de mi habitación. "En camino, que nadie la toque." "Si, Alfa." ¿Qué has hecho, Octavia? Llegué al hospital y bajé al sótano donde se ubicaba la morgue. Abrí las puertas con suavidad, y allí la encontré, sentada en una silla entre ambas camillas donde estaban los cuerpos de sus padres. Tenía la cabeza inclinada hacia abajo entre sus manos, sus codos apoyados en sus rodillas. Vestía con una camiseta y unos pantalones muy cortos. —Discúlpame por haberte despertado... —Susurró. —N