Escuchar su nombre en sus labios la hizo estremecer, dio media vuelta para enfrentarlo y enseguida se arrepintió cuando se encontró con un fuego abrazador ardiendo en su mirada. Aquello le rojo el aliento al instante. Algo en su interior no está funcionando bien, un olor a perfume y a jabón atravesó sus fosas nasales, es el olor a pinos, alcohol y algo que no pudo descifrar. Las palmas de sus manos se apoyaron en la puerta, una a cada lado de sus hombros, a pesar de estar acorralada entre él y la madera detrás, no se sentia de esa manera, de hecho miro hacia las letras de su camiseta con total normalidad como si no estuviera frente al hombre más atractivo que alguna vez hubiese conocido. Cuando cree que ya he seguido esas formas rojizas delinéales sobre el blanco de la camiseta, fijo su