Nancy no sabia cómo demonios habia conseguido mantenerse sobre su piernas temblorosas y salir del ascensor. Salió corriendo como si el lugar estuviera en llamas, luego de que el señor Coleman la dejara con la boca abierta y el corazón a punto de salirse de su pecho. Pasó sin pararse por la cafetería hasta encontrar los baños de empleados, como pudo corrió con sus altísimos tacones entre las personas que se apresuraban a tomar su almuerzo a esa hora, habia sido una odisea y le sorprendió no haberse matado en el proceso. Ya en los baños para damas abrió la puerta metálica del cubículo y se apoyó contra la pared, jadeando. “Pero ¿qué acaba de pasar?” ¿Su jefe estuvo a punto de hacer que se corriera en el ascensor? Definitivamente aquello no podía ser un sueño…Sino una pesadillas. Sol