De repente un sobre blanco cayó de golpe en su mesa. Levantó la vista y vio a la señorita Larsson mirándolo con una ceja enarcada insolentemente. Sin decir ni una palabra se dio la vuelta y salió de su despacho. Aun atónito por su entrada observó fijamente el sobre con un pequeño sentimiento de pánico. Seguramente era una carta formal detallando su conducta y expresando su intención de ponerle una demanda por acoso laboral. Esperaba un membrete y su firma al final de la página. Pero lo que no se esperaba era el recibo de una tienda de ropa... Y cargado a la tarjeta de crédito de la empresa. Se levantó de la silla de un salto y salió casi corriendo de su despacho detrás de ella. Nancy se dirigía hacia el ascensor, casi era la hora del almuerzo y casi todos los trabajadores se reunían