—Déjame que te ayude con eso —dijo él contra su cuello. Ella dejó escapar una carcajada temblorosa y él la empujo contra la puerta del baño. Le tomó ambas manos y se las levanté por encima de la cabeza, manteniéndoselas sujetas con las suyas, y se inclino para besarla. Sintió que luchaba sin muchas fuerzas contra su sujeción y él negó con la cabeza, apretando más las manos. —Déjame —Murmuró apretando su m*****o endurecido contra ella. —Oh, Dios —dijo con la cabeza ladeada para darle acceso a su cuello—. No podemos hacer esto aquí. Marcus bajo sus labios por su cuello y por su clavícula hasta el hombro. Le sujeto ambas muñecas con una mano y bajo la mano libre para soltar lentamente una de las cintas que le sujetaban la parte de arriba, besándole la piel que acababa de quedar expuest