—Ya que hablamos anoche antes de dormir en la oscuridad, llame a mi tío diciéndole que iremos. —dijo Emilia. Miraba a Sebastián que daba un bocado a la delicia que había preparado la ama de llaves, el asintió tomo un trago de jugo de pepino. —¿Qué te dijo? —pregunto Sebastián al mirar su reloj del móvil. —Le dio gusto. —dijo Emilia. Mientras ella con el tenedor encajaba un trozo de salchicha con huevo y se lo comía masticando lo. —Así que bueno, Lo siento debo ir al trabajo. —dijo Sebastián. Emilia asintió tomando un poco de jugo de naranja de su vaso de cristal. —Así ahora Amelia no vino por ti —, lo voltio a mirar a los ojos y el solamente hizo un gesto gracioso frunciendo y arrugando su nariz moviendo la cabeza negando es cuando ella alargo su brazo con la muñeca y los dedos