—¿Estás seguro? —Olga miró a los ojos a Jasha a través del enorme espejo. —Si —respondió simplemente. —¿Por qué? —¿Por qué no? —Porque puede terminar en un baño de sangre. —Eso no va a suceder. —¿Por qué estás tan seguro? —No me interesa matar a nadie, solamente quiero descubrir... Cosas —dijo Jasha mientras terminaba de arreglar la corbata negra de seda italiana de última colección, hecha solamente para él. —Jasha, se ha derramado mucha sangre estas semanas, no quiero que... —Sabes que no voy a dejar que le pase nada. —Me temo que no eres omnipresente, tampoco estás hecho de metal y yo ya estoy muy vieja. —Mis mejores hombres están a cargo de su cuidado. —Y sin embargo se les paso un juguete. —Sabes que eso no... —Lo sé, pero es mi nieto, su vida está en riesgo, tiene un bl