Irina estaba conteniendo la respiración, tenía algo de nervios pero sin embargo mantenía su posición. Afuera estaba nevando horrorosamente y en la casa prácticamente solamente estaban ella, Alek y las mujeres de los quehaceres. —Contaré hasta 5 y si no... Irina se tapó la boca con una mano y con la otra apretó lo que sería su única defensa. —Uno... Cerró los ojos con fuerza. —Dos... Bajo sus manos. —Tres... Entonces saltó de su pequeño e insulso escondite a la espalda de Alek y lo tomó por sorpresa, pero el niño que era tan inteligente se giró sobre sus pequeños pies y le salpicó la pintura roja en la cara. Irina soltó una carcajada, mientras que intentaba procesar todo lo que estaba pasando, se asustó, pero escucho las risas de las mujeres incluida Olga que había regresado a c