—¡IRINA! —El grito de Jasha por primera vez sonó desesperado. Se molestó cuando Dasha clavó sus uñas en el brazo de Irina y se dio cuenta que eso dejaría marca, siguió los pasos de la rubia, pero fue detenido por un par de hombres del tío de la pelirroja y por el mismo hombre que se atravesó en su camino, entonces enseguida el lugar se torno pesado y oscuro. Más bien todo se volvió violento. —No vine a perder mi tiempo —gruñó entre dientes. —Entonces no debiste venir. —Tienes que hacerte cargo de... —¡NI UNA MIERD@! —Alek que ya estaba acostumbrado a los gritos de su padre, se sobresaltó porque aquello fue más bien un rugido. Olga puso al pequeño tras ella y se acercó con cautela a la puerta para salir de allí, ella sabía que aquello no era algo que su pequeño nieto mereciera ver