–Recoge sólo media docena de vestidos… pienso comprar ropa en Londres. La suficiente para los primeros días. ¡Salimos ahora mismo! –¿Ahora, señorita ?– exclamó la doncella−, pero… –No hay tiempo para discutir– dijo Lucrecia−, llama a las otras doncellas para que te ayuden. ¡Vamos a Londres, Rose, y es un viaje muy importante! Tal vez el más importante que he emprendido en mi vida. Capítulo 3En cuanto llegó a Londres, Lucrecia se dirigió a la casa de sir Joshua en la calle Curzon, y aunque no era esperada, todo estaba listo y dispuesto para recibirla. Sir Joshua se las había arreglado para que una prima de Lady Mary viviera en la casa, de modo que pudiera acompañar a Lucrecia, siempre que fuera necesario. Lady Byng era viuda y empleaba su tiempo en jugar a las cartas y intercambiar chi