Noah White.
Nunca antes me había sucedido algo así, con ninguna de las chicas que elijo cada año, es decir son anuales, pero con ella es diferente. Simplemente no quiero que nadie la mire, nadie la toque, nadie este cerca de ella, quiero protegerla. Es sencillo, es la única chica inmune a mi don vampírico. No obedece a mis seducciones, no simplemente se resiste si no es inmune. Eso me vuelve loco. Estoy acostumbrando a tener a la que quiera, ya sea con su consentimiento o no. Pero con ella no funciona. Quizá sea diferente o sean ideas mías. Pero ella no es igual al resto. De eso estoy seguro. Por eso hoy la llevaré junto a Rosy una vampira, y haré que pruebe su don con ella.
—¿Te gusta tu desayuno?.—inquirí
Quiero ser amable con ella. Se que no es fácil está situación, pero ella es totalmente testaruda, peleona, amargada y terca.
—Que te importa.—respondió tan fría como yo.
—Termina rápido.—le ordené y ella asintió.
Comió lo último de su plato y me miro, le hice un ademán para que se colocará de pie y así lo hizo. Salimos al salón principal y allí estaba Rosy.
¿Que porque elegí a una vampira y no a un vampiro? Porque se que cualquiera de ellos la desea. Y no quiero que nadie la mire con otros ojos mas que como.mi compañera mía mía mía.
.—Hey, Gracias por venir.—dije animosamente y ellas sonrió.
—Para cuando lo necesites guapo—dijo sonriéndome de una manera exagerada, note como Ángela rodó los.ojos.
—Bien, necesito que uses tú don con ella.—dije directo y ella sonrió aún mas.
Asintió y se colocó delante de Ángela, Rosy cerro sus ojos celestes con fuerza y luego los abrió dando a ver su cambio ahora eran violeta. Lo intentó y nada. El don de Rosy es la levitación, hace levitar lo que ella quiera con tan solo observarlo. Por otro lado mi don se trata de la.mente control, puedo controlar la mente de cualquiera, en mi caso suelo usarlo para seducir a las chicas, y sí con Ángela no funciono.
—No entiendo, no funciona, pensé en verla por los aires y aún así no levita—dijo con desánimo
—Es todo, puedes irte—dije contento. Ya había descubierto lo que quería.
—Adiós guapo, si deseas llámame—dijo picara y guiño su ojo derecho.
No cabía duda, Ángela era inmune a los dones vampíricos, no tienen efecto en ella, lo sabía es diferente.
Los vampiros no podemos usar nuestros dones contra otros, es decir somos los únicos inmunes a los dones. Pero ella también lo es, y dudo que sea un vampiro.
—¿Que intentabas?.—dijo de repente—¿Acaso quieres deshacerte de mi?—dijo nerviosa.
—Rei—Todo lo contrario preciosa—dije tranquilo.
—No entiendo nada—dijo y se encogió de hombros.
Me quede callado, y analicé. ¿Quien además de los mismos vampiros son inmunes a nuestros dones?. Ninguna especie, por algo reinamos.
Lleve a Ángela a la biblioteca de la mansión, me dijo que adora leer y que de una u otra forma la libera de su estrés. Y que últimamente se siente frustrada. No tenemos las mejores conversaciones. Pero algo es algo. La dejé allí y me fui a arreglar unas cosas, hay una mansión que tiene problemas y yo como líder de ciudad debo solucionarlos.
Ángela Black
Estaba en la biblioteca de la mansión y de verdad que muy internamente le agradecía al maldito chupasangre que me la enseñara amo leer, es mi pasatiempo favorito, la lectura te teletransporta a otro mundo, te hace imaginar cuán perfecto puede llegar a ser todo si solo lo crees. Me ayuda a liberar mi estrés y frustración y la verdad que desde que pise está casa sólo he pasado momentos amargos.
Quizá Noah sólo quiera ganar mi confianza para luego llevarme a su cama, como cualquier otro. O simplemente no quiere ser tan idiota conmigo. No lo se. Sólo quizá.
El se fue dijo que iría a solucionar unos detalles de otra mansión. Y dijo que nadie vendría aquí. Así que puedo estar tranquila. Aunque en realidad confío en nadie de aquí.
Pasé al rededor de 5 horas leyendo, una saga, llamada "Las cartas de Margaret", me atrapó y sencillamente lo amé. Voy por el.segundo libro y es increíble. Escuché un ruido proveniente de la puerta. No quise hacer mucho caso porque sabia que se trataba de Noah. Pero no fue así.
Sentí unas manos frías en mi rostro. Una me cubría la boca y la.otra los ojos, trate de golpear y sobretodo sacarme de su agarre pero su fuerza me lo impedía.
—¿Donde está tú protector, cuando lo necesitas?—dijo burlesco.
No le respondí su mano me lo impedía. En un ágil movimiento me posicionó frente a él, y comenzó a acariciarme exageradamente. Posó sus labios en mi cuello. Y comenzó a descender hasta mi brazo. Sentía asco y repugnancia, con otro movimiento, ató mis manos con una cuerda, y seguidamente mis pies. Levanté mi rodilla lo.mas que pude hasta darle un indefenso golpe que no causó más que gracia para el. Me empujó hasta el sofá y se abalanzó sobre mi. Siguió dejando húmedos besos por todo.mi cuello y parte de mi clavícula. Quise gritar pero nadie me escucharía. Esta vez sí nadie me salvaría, Zack lograría su objetivo. Estaba perdida.
—El está ocupado pequeña.—dijo como si adivinase mis pensamientos—No vendrá por ti.
Siguió lo que empezó, y comenzó a subir mi vestido. Masajeo mi muslo con su fría mano mientras que con la.otra me.tomaba con fuerza del cuello, el terror se apoderó de mí y cerré los ojos. No quería presenciar tal acto.
Arranco mi vestido, sólo quedaba mi ropa interior, bajo sus besos hasta mi abdomen y subió hasta mi pecho. De un movimiento desabrochó mi sujetador. Faltaba tan solo.una pieza y estaría totalmente expuesta ante él. Sentía como.mi corazón latía con fuerza por.el miedo que sentía justo ahora. Quería simple desaparecer o tener la.suficiente fuerza para escapar de el. Pero no. El era un monstruo chupasangre y yo una simple humana.
Se escuchó como derrumbaban la.puerta.
—Maldito seas Zack—reclamó Noah—Te lo advertí. Pero no veo de otra.—siguió. lo tomo del.cuello.de.su arrugada camisa. Y lo.estrello contra un librero, su mano derecha se estampó contra el.rostro de Zack innumerables veces. Hasta dejar un gran rastro de sangre. Le gritaba mientras lo.golpeaba, pero simplemente no podía escuchar, todo se volvió n***o y no supe que sucedió.
Desperté por el tenue olor a alcohol, logré abrir mis ojos y sentí en seguida como mi cabeza ardía y quería salirse de su eje.
—¿Que me paso?—pregunte reponiendóme en la cama en la que me encontraba.
—Te desmayaste—dijo encogiendo sus hombros—Y te traje aquí—completó
—¿Dónde está Zack?—pregunté con cierto temor.
—No te preocupes por él—Dijo frío—No volverá a molestarte nunca mas.
—¿Que le hiciste?—dije sintiendo un gran alivio al saber que el no intentaría abusar nuevamente de mí.
—Nada que te incumba—dijo en tono neutro—Ahora descansa.—asentí.
El salió de la habitación y yo sentí como si me librarán de un gran peso. Pero aún así sentía cierta lástima por Zack. Sólo espero que esté bien, lejos pero bien. Salí de la cama y me di una larga y merecida ducha, luego enrolle mi cuerpo en una toalla blanca y busque que ponerme para dormir. No tenía pijamas así que tome un short corto mío y una playera gigante de Noah. Son Súper cómodas para dormir y necesito eso.
—¿Por que tienes mi playera?—escuché a mis espaldas.
—Me gusta para dormir. Es muy Cómoda—dije obvia
—Esta bien, puedes usarla—dijo con voz neutral.
—¿Pedí tú permiso?—dije burlesca—.porque no recuerdo estar pidiéndolo.
—Te lo doy de todos modos preciosa—dijo sin más —¿A que hombre no le gusta que su mujer usé su ropa?—dijo haciendo un gran énfasis en «Su mujer»
—¿Su mujer?—dije enarcando una ceja.
—Eres mía—dijo mientras se acercaba peligrosamente—¿Acaso lo olvidas preciosa?
—Nunca seré tuya.—respondí inmediatamente.
—Ya lo eres—dijo frío—Quieras o no.—dijo besando mi oreja.
No quise discutir más porque sabia muy bien que el tenia toda la razón, yo le pertenecía a si no me gustara la idea. O quizá si me gustaba. No lo se.
Me acosté en el lado derecho de la cama, y en cuestión de segundos el me secundo. Rodeo mi cintura con su brazo y por mas que quise no me quejé. Deje su brazo allí. Y sólo fruncí mi ceño. Deje reposar mi cabeza en su brazo y el me atrajo más a él. Me sentía protegida y eso lo era todo. Sentí mis ojos pesar y caí en una profunda Coma.
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Desperté encontrándome con una perfecta bandeja de comida en un lado de la cama. Tenia waffles en forma de corazón, Nutella, fresas. Y jugo de naranja. A lado había una nota.
"Buenos días pequeña bella durmiente, he tenido que salir a correr y ejercitarme, te he dejado el desayuno".
-Noah❤
Sumamente extraño, ¿me dejó una nota? Y con nada ofensivo o frió, todo lo contrario miel pura. Inconscientemente sonreí y me levanté de buen ánimo, cogí una toalla y me adentré al baño, tomé una larguísima ducha de 40 min, salí y enrolle mi cuerpo en la toalla azul. Tomé un short de blue jeans claro, una camisa corta blanca, un suéter color rosa palo de botones, unas Converse blancas y ya está, algo de maquillaje y estaba lista.
Decidí que ya no quiero afligirme por estar aquí. Es mi destino y debo afrontarlo. Desde ahora haré que sea menos horrendo. Me portaré bien para que así no me maltrate Noah White. Ayudaré con los quehaceres, cocinare y todo lo demás. Así pasará más rápido el tiempo.
Ya decidida baje en busca de las amas de llaves, cocineras, jardineras etc. Me acerqué a la cocina y encontré a una señora mayor de algunos 40 años cargando unos grandes sacos. Me acerqué ayudándola. Entre las dos cargamos el saco dejándolo en el suelo de la cocina.
—Oh no señorita—dijo con asombro al verme—usted no puede estar aquí y menos ayudándome.
—¿Por que?—dije con desánimo—solo quiero ayudar.
—El señor White fue mi claro —dijo sería—nosotros debemos atenderla a usted.
—Nada de eso—dije firme—Yo quiero ayudar y el señor White está bien con eso.
—En ese caso—dijo contenta—Mucho gusto soy Margdalena.
—El gusto es mio—dije sonriente—Soy Ángela Anne Black
—Que hermoso nombre señorita—dijo dulcemente—Eres diferente.
—¿Diferente?—repetí sin entender.
—Si—dijo—No eres como las demás jóvenes que trae el.señor.
Asentí procesando sus palabras—Se a lo que te refieres.
—Me agradas Angela—dijo con dulzura—Espero y el señor no te mate a ti.
Sus palabras causaron un gran escalofrío, "Espero y el señor no te mate a ti" esa frase hacia eco en mi mente. ¿Eso es lo que sucede con cada chica? ¿Es solo usada para "Complacer al.señor" y luego la matan? ¿Y suplantan? ¿Tan miserable es Noah? A quien quiero engañar es un jodido chupasangre que no cambiará.
—En que puedo ayudarte?—dije cambiando de tema bruscamente.
—¿Te gusta cocinar?—pregunto alegre—¿O prefieres los quehaceres?—completo.
—Amo la cocina. Se cocinar lo que me pidas —dije animosa
—Entonces tú encárgate del almuerzo y yo de lavar—dijo feliz y yo asentí.
—¿Cual es la comida favorita del señor?—Pregunté
—Lasagna—respondió
—Lasagna sera—Confirme
Se fue sonriente. Me imagino que le hace falta un descanso. Y ayudarla con sus tareas le dejara bastante tiempo libre.
Comencé a buscar todo lo necesario para preparar lasagna. Y simplemente quede enamorada de esta cocina, tenía todo, una cocina moderna, un horno gigante y nuevo, utensilios por todos lados y toda clase de ingredientes, esto sería divertido.
Piqué verduras y legumbres. Organicé todo y prepare rápidamente la lasagna, la metí al horno y espere el tiempo suficiente para que se completará su cocción.
Luego de una larga hora. Estuvo listo. Lo dejé en el horno mientras era la hora de servir. Luego llegó Margdalena informándome que el "Señor" quería comer ahora mismo. Así que lo saque y me dispuse a servirlo. Margdalena se lo llevó y luego yo fui a sentarme al comedor.
—Hola—Salude.
—Preciosa—dijo y me sonrió—¿Así que has cocinado? ¿eh?—dijo risueño
—¿Por que la sorpresa?—dije—Es normal que una chica de mi edad sepa hacerlo.
—No sabía eso de ti—dijo sin más. Guarde silencio y el comenzó a degustar la comida.
Terminó de comer, limpio su boca con delicadeza y me miró.
—Estaba delicioso —me sonrió.
—Gracias—respondí—Pude haberte envenenado y ni siquiera te hubieras dado cuenta.
Rió—.Eres muy tierna como para hacerlo.—dijo obvio—.Ademas olvidas algo importante, Soy inmortal.