Apenas y salía de la ducha cuando el timbre sonó. Seguramente era Octavio, aparte de el, nadie más sabía a donde se había mudado. Apagó el teléfono antes de abrir la puerta, no había dejado de sonar por la insistencia de Bruno. Espió por la mirilla y era Bruno, casi se le sale el corazón del susto, ¿como había dado con ella?. La puerta vibraba por los golpes, después de unos minutos, los vecinos empezaron a asomar; con cautela, las cabezas por sus puertas, alguien llamó al administrador y le preguntaron si había algún problema, el negó y se fue furioso del lugar. Larissa corrió a la ventana, estaba espiando detrás de las cortinas. Su corazón se calmó un poco cuando lo vio salir del edificio y subir a un auto, no era un BMW, parecía más un Aston Martín, aunque no estaba segura y la desconc