Se quedo parada una vez que el odioso padre de su nuevo esposo la soltó ¿queria una prueba tangible del error garrafal que había cometido? Pues la tenia frente a su cara y tenia olor a perfume caro. —¡Adelante, Querida! Estas en tu casa – la tomo del brazo porque la chica parecía retrasada y no avanzaba, solo se quedo ahí, de pie, observando. En el interior, la casa todavía conservaba cierto aire de su anterior gloria, sin embargo, la decadencia comenzaba a notarse por todas partes. Octavio los siguió hasta la sala de estar junto con su madre, la hicieron sentarse en un increíblemente incómodo sillón. —Querida ¿te apetece tomar algo? Larissa iba a reusar, pero Elías dijo que tomarían champaña, tenia que celebrar el matrimonio del hijo prodigo. La botella ya esta preparada, así que sir