Capítulo 7: Extraños mecanismos

765 Words
Fuera de la habitación, se vio recibido por un pasillo iluminado por antorchas; uno de sus extremos conectaba a una bifurcación y en el otro a una encrucijada. Confundido por la arquitectura del lugar, se dirigió a la bifurcación y tomando el camino derecho, camino por otro pasillo que conectaba a una cámara, similar a la cámara en la que estuvo atrapado. No obstante, no era del todo correcto decir similar. Ya que esa cámara, contaba con varias diferencias. Para empezar en el centro de la habitación, se encontraba un pedestal y sobre de él, una balanza plateada. Al mirar con detenimiento la balanza, noto que el plato de la derecha tenía una pesa, y el otro plato se encontraba vacío; encontrándose fuera de balance. Utilizando su mano hizo descender el plato de la balanza vacío, consiguiendo el equilibro entre ambos lados. Esto ocasión el sonido de un clic, y la pared frente a el descendió al igual que en la habitación anterior. Sorprendido retiro su mano del plato, lo que desequilibro la balanza, y provoco que la puerta volverá a cerrarse. Era fácil comprender lo que estaba sucediendo, al parecer el mecanismo de la habitación era controlado por la balanza, y cada vez que equilibrara la balanza la puerta se abriría, pero si retiraba el peso, esta se cerraría. Entonces lo que tenía que hacer, era dejar atrás un objeto con el peso suficiente para equilibrar ambos lados. Antes de tomar una decisión precipitada, eligió retroceder sobre sus pasos, regresando a la encrucijada y esta vez eligiendo el camino de la izquierda. A diferencia del camino anterior, sintió claramente que descendía, terminando en otra cámara diferente. En el lugar no había antorcha y pedestal. Lo que vio fue una serpiente enrollada sobre si misma, mientras una llave dorada colgaba en un hilo sobre la cabeza del reptil. Asustado ante la escena retrocedió un par de pasos. Al sentir la vibración de los pasos de Tim, la serpiente levanto la cabeza y siseo amenazadoramente en su dirección. Provocando que en un aire frio recorriera el largo de su espalda, atemorizado por la criatura. Asustado corrió de regreso a la bifurcación. Jadeando por el esfuerzo, miro hacia el otro lado del pasillo en donde se encontraba la encrucijada. Dirigiéndose a ella, se percato que la puerta por la que escapo de la primera cámara se desvaneció de la pared del pasillo. Deduciendo, la posible causa de esto. Pensó que quizás el mecanismo de la antorcha era similar al de la basculas. Por lo que, al abandonar esa habitación, después de algún tiempo la antorcho debió regresar a su posición original. Que extraño y misterioso era ese lugar, se dijo a sí mismo, pensando acerca de todo lo que había visto y experimentando en la torre hasta ese momento. No sabia en que momento, su miedo había desaparecido convirtiéndose en curiosidad. Pero una pequeña parte de él, le decía que tenia que seguir explorando e intentar adentrarse aun mas en las profundidades de ese sitio. Como si una fuerza desconocida lo impulsara a continuar. Sin entender el origen de dicho sentimiento, decidió tomarlo como una corazonada. Y llegando a la encrucijada, contempló los tres caminos. La primera opción era continuar de frente, la segunda ir a la izquierda, y la tercera dirigirse a la derecha. Explorando con atención cada camino, noto que el de la izquierda carencia de antorchas, encontrándose sumido en la oscuridad. Decidiendo continuar de frente, llegando a otra bifurcación. Ambos lados eran igual, por lo que tardo un rato en decidir. Eligiendo al final el camino de la derecha. Al final el pasillo, se encontró en una nueva cámara. Sin embargo, el tamaño de esta era enorme en comparación con las otras. La sala parecía el antiguo comedor de un palacio, contando con una enorme meza que se extendió a largo de la habitación, repleta de un suntuoso banquete y rodeada por sillas; en la que se encontraban sentadas algunas sombras, que no lograba apreciar con claridad. Sintiendo que se había encontrado con otras personas, el rostro de Tim se ilumino y corrió con fuerza hacia el comedor. —Disculpen ¿podrían ayudarme? - pregunto al tocar el respaldo de una de la silla, que parecía estar ocupada. Y al observar a su ocupante, la sangre se le helo de golpe. Quien estaba sentado en ella silla, no era otro que un pequeño esqueleto, con una camisa sucia y un pantalón de tirantes. —¡Ah…! — un grito desgarrador, se extendería desde esa habitación hacia los pasillos y habitaciones de aquel extraño laberinto.

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