Emma Pratt, la habíamos conocido una mañana en la playa, estaba vacacionando sola en el mismo hotel que nosotros y también resultábamos ser del mismo país, por lo que no tardamos en conectar de manera amigable, era algo parlanchina pero amable, reía mucho y también era graciosa. Nos la pasamos riendo todo el rato, fue divertido. Pero nosotros ya nos íbamos y ella aún se quedaba allí una semana más. Compartimos números para quedar un día, platicamos mucho, sobre tantas cosas, incluido su trabajo, era una joven empresaria que se dedicaba al diseño de zapatos, diseñados por ella misma. Aunque solo eran para mujeres y de talla grande. Me había dicho que podría diseñar unos para mi, le dije mi número y allí mismo ella creó el diseño para mostrármelo. Era interesante. Me enseñó varios modelos