Otro lunes. Daba comienzo la junta directiva más larga del mes y yo tuve trabajo todo el fin de semana. Aquella mañana elegí el vestido blanco con la chaqueta, porque era una junta muy importante y ese vestuario también entraba en mi uniforme, vestido, pantalón y falda. El vestido era el que menos o casi nunca utilizaba. Aunque no solo era por la junta. Se suponía que hoy era mi cumpleaños número veintisiete. Quizás, con certeza, no era una fecha real, pero era el día que me habían dado para celebrarlo, probablemente el día que llegué al orfanato. Esa parte no la tenía muy clara, tampoco tenía importancia. Muchos documentos que tener listos para cada uno de los miembros. ¿Por qué los días iban con tanta prisa? Estar dentro de la junta no era algo que aburriera, aprendía muchas co