Cinco

1006 Words
(Alicia) -Deberás trabajar para mí un año; sin embargo, el tiempo se puede extender si no cubres los gastos extra que generes – su respuesta fue en un tono de seriedad. -¿Gastos? –Cuestioné frunciendo el ceño. -Sí, ya sabes: comida, exámenes médicos, ropa, o lujos que vayas deseando cuando salgas a la ciudad de paseo – contestó de lo más natural. -Está bien, entiendo – sentí que había algo que se me estaba escapando, pero obviamente no pude detectarlo en ese momento. Se puso de pie. –Sé que las cosas aún no son claras para ti, porque necesitas tiempo para ir descubriéndolas. Sígueme – el hombre que estaba a un lado de la puerta, la abrió de prisa, dejando pasar a Fred y después a mí, nos siguió. Caminamos por los mismos pasillos blancos, en pocos segundos una jovencita rubia, con un vestido espectacular y zapatos altos, caminaba en nuestra dirección. –Sandy, lleva a Ali a la cocina para que coma algo y después le muestras la habitación de Luz, por favor. Me buscas cuando la hayas dejado – se giró hacia mí, me sonrió y tomó mi mentón de forma delicada. –Come y descansa, hay mucho que hacer mañana bonita – me dijo amable, solo asentí en respuesta. Lo observé caminando y atravesar una puerta, para perderlo de vista. Iba siguiendo a Sandy, queriendo suplir mis dudas con respuestas, pero no me atrevía a hablar; no obstante, fue ella quien rompió el silencio; todo el tiempo que me acompañó, se mantuvo dándome información constante acerca del lugar, las actividades y estilo de vida de todos ahí. La cena fue un platillo que desconocía totalmente, pero su apariencia no me decepcionó, tenía un sabor delicioso. Finalmente me llevaría a la habitación, me guió a través de un hermoso jardín hasta una pequeña construcción, alejada de la mansión. El edificio era de tres pisos, el primer nivel tenía una alberca climatizada, con camastros a un lado y el resto no lo alcancé a ver, porque estaba en total obscuridad; la segunda y tercer planta tenía habitaciones, ubicadas de una forma magistral alrededor de una enorme sala. Me informó que compartiría la habitación con Luz, que en ese momento estaba con un cliente. Me dejó y yo aproveché para recorrer el lugar. Había dos camas enormes y cómodas, dos peinadores, un baño completo con un enorme guardarropa, un ventanal que te permitía observar un pequeño balcón, que cuando salí, la fragancia a jazmín invadió mis fosas nasales. Tenía que admitirlo, era un lugar hermoso. Decidí darme un baño, y fue cuando me percaté que no había cargado con mi mochila, mis pocas pertenencias se habían quedado en la choza. Así que lavé toda la ropa que traía puesta ahí en el baño, por lo que dormí con la ropa interior mojada, y utilicé un cepillo de dientes que estaba ahí, con suerte no se darían cuenta que lo había usado. Una mano estrujaba mi hombro y escuché mi nombre suavemente. Abrí mis ojos y unos verdes me observaban, expectantes, carismáticos. La luz matinal ya entraba por el ventanal. -Así que tú eres mi nueva compañera – habló alegre la pelirroja. -¿Tú eres Luz? –Cuestioné dudosa. -Así es, ¡bienvenida Ali! –Yo solo pude sonreír. Todo estaba siendo tan diferente a como lo había imaginado, esperaba que Vanesa tuviera la misma buena suerte que la mía. -Levántate, hay mucho por hacer – sin previo aviso me quitó la sábana. Me recorrió con la mirada, perpleja. Di un ligero grito y traté de cubrirme rápidamente. -¡Dios! Eres hermosa, tienes un cuerpazo – al principio, pensé que su actitud de asombro había sido porque estaba en ropa interior, pero después de decir aquello, me ruboricé y me levanté de un salto. -No lo sé – traté de cubrirme de nuevo con la sábana. –Además, tú también eres muy linda – era cierto, esa pelirroja tenía un hermoso rostro y su cuerpo estaba muy bien formado. -Bueno, no vamos a competir – se rio. –Báñate rápido, puedes usar todo lo que hay en el baño; mientras escojo un atuendo para ti - obedecí, me di un baño caliente fugaz, y volví a utilizar el mismo cepillo de dientes. Cuando salí, Luz tenía ropa interior y un vestido celeste de tirantes sobre la cama. -¿Y esta ropa? –Me quedé viéndola con sorpresa. -Puedes usar cualquier cosa que esté en ésta habitación. Fred nos compra ropa cada cierto tiempo, y me toca compartir contigo porque físicamente nos parecemos - no había apartado mi mirada de ella, sólo que la duda me invadió inmediatamente después de su respuesta. –¡Anda! –Me apuró, queriendo ayudarme a vestir siguió hablando. –Bajaremos a desayunar en la casona… - -¡Espera! ¡Yo puedo vestirme sola! –Pero ella me ignoró. -Tengo que darte el recorrido, después te llevaré a que te hagan una depilación general, tenemos que volver para vestirte y maquillarte, Fred quiere que se haga todo hoy mismo, me pidió que te llevara con él a las 8, ¿puedes creerlo? –Yo no sabía de qué hablaba, pero con todo lo que me dijo sabía que ese sería un largo día. Salimos de la habitación, y pude prestar más atención al edificio, al jardín, a la casa; era algo exorbitante, en mi vida creí que podría recorrer un lugar como ese. En la cocina había un grupo de alrededor de 20 chicas hablando, que hacían un bullicio descomunal, Luz me presentó y aunque intenté memorizar sus nombres, me fue imposible en tan poco tiempo. Todas fueron amables conmigo, aunque algunas me veían con cierto recelo. Me llevó alrededor de la casa, mostrándomela casi por completo, explicándome qué se hacía en cada una de las áreas, pero era demasiada información para mi cerebro. En un pestañeo llegó la hora de la comida, y de nuevo en la cocina nos reunimos para comer con las chicas.
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