La semana de Steph no había sido precisamente tranquila. Se la había pasado intentado evitar que sus nuevos vecinos se toparan con ella. Corría por las escaleras al salir en la mañana de su apartamento y corría nuevamente al llegar al edificio luego del trabajo. No respiraba, ni siquiera miraba hacia los lados. Sentía terror de volver a verlos. Tanto era su temor que hasta había comenzado a irse más temprano a su oficina buscando evitar ese terrible encuentro que aunque no lo quisiera, ella misma sabía que al final, llegaría. El sonido de tres golpes tocando a la puerta se escuchó en el pequeño apartamento. Steph que se encontraba preparando la cena para ella y Lorena como cada noche lo hacía, colocó la estufa en fuego bajo y gritando un “ya voy” se dirigió hacia la entrada para dejar pa