A la mañana siguiente Steph se encontraba preparando el desayuno mientras esperaba a que su amiga apareciera por la puerta. El día anterior no había podido encontrarse con ella. Solían cenar juntas cada noche y hablar de todo lo que ocurría en sus vidas, pero en esa ocasión las cosas, habían resultado un poco diferentes. Lorena recibió una llamada de sus amigos del trabajo, ellos querían salir a bailar y a tomar algunas copas para divertirse. No existía ninguna razón en particular, simplemente querían pasarla bien un rato y liberarse de todo el estrés que una semana llena de trabajo les había dejado. Invitaron a Lorena quién felizmente aceptó. Por lo que con un “amiga me voy de fiesta” en una llamada rápida había avisado a Steph de sus planes para esa noche. La llamada fue tan de prisa q