Baylor se tensó por completo al escuchar las palabras de su guardaespaldas, ¿Acaso su tío ya había muerto? Se negaba a esa posibilidad, no podía morir sin antes conocer a su prometida, era lo que más anhelaba el hombre que lo terminó de criar cuando su madre murió.
Las chicas, por su parte, cruzaron miradas entre ellas y por alguna razón sintieron la tensión en el ambiente. ¿En qué se habían metido ellas? ¿Acaso estaban yendo a la cueva del lobo? Quien dudó más fue Hada, ¿Cómo llegó a ese punto solo por una noche de alcohol y desenfreno?
―Bien, buscaremos nuestras cosas. ―Saray fue quien rompió el tenso silencio. ―Gata, vamos…
―No hace falta. ―Baylor las detuvo. ―En cuanto lleguemos a Luxemburgo, serán escoltadas a un centro comercial, ahí comprarán lo que necesiten. ―Saray hizo un gesto gracioso, dando a entender que no esperaba aquello, pero que, sin embargo, le encantaba la idea.
―No es necesario. ―Hada lo miró, todavía desconfiando de él. ―Con lo que tenemos basta. ―Baylor suspiró, desde luego esa mujer está más rota de lo que se imaginó y ve casi imposible que se enamore de él tanto como él lo hizo.
―He dicho que tendrán lo que necesiten. ―Hadassa se tensó por completo, ¿Cómo puede ser tan dominante y aterrador? ―Debemos irnos. ―Saray tiró de su amiga, pero Baylor la retuvo, es él quien debe caminar con su conejita. ―Yo la cuido por ti. ―Saray enarcó una ceja y los siguió con la mirada.
―Señorita. ―Nozel le señaló la puerta en cuanto Baylor y Hada salieron del piso.
―No te agradeceré por darme el paso. ―Bramó caminando delante, él solo hizo negar, desde luego esas dos tendrán extensas clases de modales y demás, se les nota lo corriente y así no pueden gobernar. ¿Qué locura había hecho su joven príncipe?
Nozel miró a su príncipe por el retrovisor, las chicas no estaban vestidas adecuadamente y al parecer a su joven príncipe no le importaba ese importantísimo detalle. Aclarándose la garganta para que lo mirara, inmediatamente le hizo un gesto con la mirada, gesto que Baylor entendió a la perfección, él también lo había pensado.
―Haremos una parada antes de marcharnos. ―Las chicas lo miraron. ―Eres mi prometida y tú su cuidadora, no pueden llegar así vestidas al palacio. ―Ellas que van vestidas con vaqueros y blusas, se miraron su sencilla, pero cómoda ropa.
―Él tiene razón. ―Hada llamó la atención de su amiga. ―Es el príncipe, Saray. ―Ambas asintieron, todavía no caen en el veinte, ¿Realmente unas don nadie como ellas están involucradas con alguien tan importante?
―Nosotros no podremos acompañarlas. ―Baylor se sintió furioso, él quería estar ahí para asegurarse de que nadie la mirara de manera inapropiada, ¿Por qué su protector debía ser tan injusto? ―No queremos que se filtren las noticias antes de tiempo, por favor, tomen esto y compren algo que las haga ver presentables. ―Le tendió un fajo de dinero para no dejar evidencias.
―¡Gata! ―Saray protestó cuando su amiga le quitó la mano antes de tomar el dinero.
―Nosotras podemos pagarlo. ―Baylor tensó la mandíbula, ¿Por qué es tan desconfiada y orgullosa? ―Por favor, príncipe, permítanos pagar a nosotras.
―Eso de príncipe lo puedes dejar cuando estemos en la cama uniendo nuestros cuerpos. ―Hadassa inmediatamente se puso roja. ―Serás mi esposa y madre de mi hijo, llámame por mi nombre, sé que te lo aprendiste la noche que nos conocimos. ―Avergonzada porque ni siquiera recuerda lo que pasó, pero sabe que por algo él lo dice, salió del auto lo más rápido que puedo.
―Yo sí quiero esto. ―Saray le arrebató el fajo de dinero a Nozel y corrió tras su amiga. ―¿Estás loca? ―La detuvo cuando la alcanzó. ―No podemos gastar nuestro dinero, además, mira este lugar, Hadassa, con solo una prenda nos quedaríamos sin dinero. ―Hada soltó el aire por la boca.
―Esto es una locura, Saray. ―Negó con preocupación. ―Esto debe ser una broma de mal gusto, ¡Siento que en algún punto nos dormirán y venderán nuestros órganos en el mercado negr0! ―Saray quiso carcajear, pero comprende la desconfianza de su amiga, ella no se siente de esa manera, pero prefiere hacerle caso a la más sensata de las dos.
―Vale, por ahora se han comportado muy bien con nosotras, vayamos a comprar algo bonito y después vemos lo demás. ―Hada asintió, seguramente sin su amiga, ya ella hubiera escapado sin más, pero no puede hacerlo, hay la posibilidad de que el bebé que espera tenga una buena vida y su amiga también.
Baylor quiso ignorar la mirada de su amigo, pero es tan persistente e intensa que ya estaba empezando a fastidiarlo, dándole la cara, también lo miró a los ojos y el silencio fue más arrollador.
―¿Puedo saber por qué me miras de esa manera? ―Nozel no cambió su gesto serio.
―Esa chica es demasiado inocente y tú no dejas de incomodarla. ―Dejó las modalidades. ―Deberías ser más sutil con ella, está claro que no recuerda nada de aquella noche. ―Baylor rodó los ojos.
―Pronto será toda una experta, por eso no te preocupes. ―Nozel suspiró profundamente y negó a la vez, por eso muy poco lo trata como amigo, es un sinvergüenza y no le da pudor nada.
Dos horas después las chicas salieron del centro comerciale cambiadas, cualquiera que las viera diría que son jovencitas llenas de dinero y mimadas por sus padres. Baylor quedó anonadado mirando lo hermosa que se veía su conejita, ¿Cómo es que no había conocido a esa mujer antes? Está seguro de que se hubiera reformado desde siempre.
—Debo aceptarlo. —Nozel no despegó la mirada de las chicas. —Tendrá usted una reina muy hermosa y con una nobleza que será su salvación. —Baylor ladeó la sonrisa.
—Yo todo lo hago perfecto, querido Nozel. —Se comportó de manera arrogante. —Y esta elección lo ha dejado claro. —Nozel asintió, es la verdad y tiene todo el derecho a ser ese arrogante que siempre es.
—Pero no lo olvide, mi joven príncipe. —Lo miró a los ojos. —Su buen corazón no bastará para lo que se viene. —Baylor asintió, sabe perfectamente como son las cosas.
―Bien, ya podemos irnos. ―Saray dio la orden, Hada ni siquiera podía hablar, esa mirada azul la congela siempre.
El viaje se hizo en auto, no era extraño para Hadassa que fuera de esa manera, ya que Luxemburgo tiene frontera con Alemania y Tréveris, que es de donde ellas son, está muy cerca, pero para Saray le pareció bastante turbio.
―Así que el principito venía a Tréveris siempre que deseaba portarse mal. ―Ladeó la sonrisa. ―Usted es bastante extraño, ¿Lo sabía? ―Baylor alzó las cejas. ―Mire hasta donde lo ha llevado sus deslices, embarazó a mi amiga. ―Negó divertida. ―Y tú, zoquete. ―Miró a Nozel. ―Te vi en la clínica, ¿Nos estabas espiando desde el restaurante? ―Nozel no dijo nada, pensó que había pasado desapercibido hasta llegar a la clínica donde torpemente se estrelló con ella.
―Leona, por favor. ―Hadassa la miró suplicante, ¿Acaso no entiende su amiga que esos dos hombres son importantes? ―Deja de decir esas cosas, ¿Sí? Debes ser más respetuosa.
―Yo dudo mucho que el principito haya sido respetuoso cuando te llevó a ese baño. ―La cara de Hada se puso completamente roja.
―¡Saray! ―Protestó Hadassa. ―Debes comportarte mejor, por favor. ―Saray resopló.
―Lo único que dejaré en claro. ―Miró en especial a Baylor que no dejaba de sonreír por el desparpajo de la chica. ―No me dejaré pisotear por ninguna de esas princesitas y esa gente llena de dinero, ni tampoco permitiré que le hagan la vida imposible a Hadassa. ―A Nozel no le gustó para nada, esa chica será un problema y nadie las querrá si siguen comportándose de esa manera tan altanera y fuera de lugar.
―No hace falta que tú hagas algo. ―Baylor puso un gesto desconcertantemente serio. ―Arrancaré la cabeza de quien ofenda a mi mujer. ―Hada no lo miró, ella bajó la cabeza y se quedó en silencio, ¿Por qué él actúa como si ella realmente le importara? ¡Ni siquiera se conocen!
Cámaras, móviles, micrófono y un enjambre de periodistas estaban fuera del palacio Luxus. La llegada del heredero a la corona fue motivo de revuelo, Baylor se aseguró de que todos estuvieran presentes para cuando él llegara con su prometida y así fue, cada representante de los medios estaba en el lugar cubriendo las noticias, por supuesto no daría entrevistas ni nada por el estilo, solo necesitaba que lo vieran llegar de la mano de su hermosa princesa.
―¿Qué está pasando? ―Hadassa sintió ganas de vomitar. ―¿Por qué hay tantas personas? ―Los miró temerosa, ella no está acostumbrada a eso y además es muy torpe cuando está nerviosa.
―Tranquila. ―Baylor le tomó la mano con delicadeza. ―Estaré a tu lado en todo momento, por favor, confía en mí.
―Créeme, aunque seas grande y fuerte, no eres rival para mi torpeza cuando estoy nerviosa. ―Baylor sonrió.
―Tomaré el riesgo. ―Nozel detuvo a Saray.
―Yo bajaré a abrirles la puerta. ―Saray inmediatamente quitó la mano para no abrir la puerta ella misma. ―Saldrá el príncipe quien ayudará a su princesa a salir, después lo hará usted, ¿De acuerdo? ―Hada miró a su amiga, ahora que lo piensa no la quiere como una criada.
―Ella es mi familia, no quiero que vaya tras de mí. ―Baylor la comprendía, pero eso no podía ser.
―No tienen lazos familiares y aunque así fuera, ustedes siempre deben ir al frente. ―Nozel fue quien, explicó. ―La única manera que ella esté a su lado es sirviéndole, por lo menos cuando están en público.
―Oye, no te preocupes. ―Saray le sonrió. ―Siempre te he cuidado el culo, no por algo soy cinco años más grande que tú. ―Le guiñó. ―Soy tu mamá osa y no me importaría fingir ser una criada con buen sueldo. ―Besó su frente. ―Hazlo. ―Hadassa no se lo creía, ¿Estaba ella frente a un castillo? El vómito empapando el auto los obligó a salir disparados del auto, haciendo una salida bastante desconcertante para los impacientes visitantes.