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Toda la iglesia quedó en completo silencio, las personas quedaron tan a la expectativa que no fueron capaz ni siquiera de murmurar y preguntarse en tono bajo lo que estaba pasando. Baylor miró a su prometida, ella está pálida y su frente brilla por el sutil sudor que hay en ella. Él se había preocupado en cierto punto, sabía que quizás podría decir que no, pero dejó esa idea a un lado, ella no sería capaz de algo como eso. ―Por favor, conejita. ―Susurró. ―No vayas a vomitar, no aquí. ―Le imploró mirándola a los ojos. ―No quiero que sepan lo del embarazo, deseo que esta etapa sea solo nuestra hasta que no se pueda ocultar. ―Hadassa lo miró con gesto nervioso, ¿Cómo sabe él que son las ganas de vomitar lo que no le permite hablar? ¿No puede pensar que es una negativa a la boda? Dejando s