Hadassa se puso en pie, el chico se ha marchado como presintiendo el peligro y teme que pase algo, Baylor va tras de él dispuesto a todo, ¿Por qué tiene que ser tan territorial? Ese hombre jamás deja pasar una, ese problema de ira es desesperante. ―Eh, hombre. ―Lo detuvo por el brazo. ―¿Te parece bien marcharte como un cobarde después de hacer lo que hiciste? ―El chico de piel bronceada, cabello castaño rizado y de buen ver, lo miró al instante. ―Creí que estabas con tu esposa y me dio algo de vergüenza. ―Esa voz extrañamente delicada descolocó a Baylor e hizo que Hada se detuviera dos pasos antes de llegar a ellos. ―¿Qué? ―Baylor ni siquiera pudo soltarlo, está descuadrado. ―Creí que ella era tu esposa. ―Baylor miró a su conejita. ―Yo sentí vergüenza después de guiñarte el ojo. ―Se