—Perdone mi sorpresa, señorita, pero no creo tener el placer de conocerla. —Soy Orelia Stanyon y mi prima Carolina, va a casarse con el Marqués de Ryde. Creo que usted es amigo de Su Señoria. —Así es y le juro, señorita Stanyon, que no esperaba recibir a esta hora a nadie tan atractiva y bella como usted. —Deseo hablar a solas con usted, sir Mortimer, porque tengo algo importante que comunicarle. —Me intriga— sonrió sir Mortimer—. ¿Quiere sentarse y comunicarme qué asunto la trae por aquí? Permítame decirle que es un placer verla en mi casa, aunque me temo que si se supiera que vino sola las lenguas se desatarían. —No me preocupa lo que se diga de mí, sir Mortimer. Vine en nombre de una joven llamada Emma Higson. —¿Emma Higson? No cabía duda, sir Mortimer, ignoraba hasta el nombre d