PRÓLOGO
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Hoy desperté con un dolor punzante en la sien, en mi cabeza pasaban imágenes rápidamente, como pequeños flashes de otra vida.
Mi nombre es Ha.. no, Yden Mills, o eso creo, es extraño dudar de tu propia identidad ¿verdad?
Me sentía extraña, muy extraña.
Me levanté de la cama y caminé con pasos pesados hacia el espejo, mi cabello estaba largo y el color n***o brillaba, mi piel estaba pálida y mis ojos azules resaltaban en todo su esplendor.
—Aquí estás cariño —Una mujer entró a la habitación, llevaba su cabello rubio recogido y un delantal de flores —Te has levantado tarde, tú entrevista en la universidad es en una hora, tú padre te llevará, ahora ve a ducharte.
Mi padre..
La miré extrañada, intentando asimilar sus palabras, hasta que un dolor fugaz iluminó mi mente y recordé todo.
¿Qué me pasaba?
—Si, lo siento, dile a papá que ya voy —dije, antes de apresurarme al baño, pero en medio camino me detuve y me volví hacia la mujer para darle un abrazo.
—buenos días, mamá —dije y corrí hacia el baño.
Mi nombre es Yden Mills, m*****o de una familia alegre y cariñosa. Hoy era mi entrevista para entrar a la universidad en la facultad de arte.
Me alisté lo más rápido que pude y bajé para encontrarme a mi padre bebiendo su café de siempre. Insistí en irnos, pero antes de subir al auto un chico al final de la calle llamó mi atención, su cabello era n***o y un poco ondulado, sus ojos eran de color miel y mostraba una sonrisa maliciosa cómo diciendo "te encontré" pero solo sacudí mi cabeza y entré al auto.
Debí haber tomado esa sonrisa como una amenaza, pero en el momento no le tomé importancia y seguí con vida fuera de problemas.
Mi primer error.