33|Blasius

1030 Words
24 horas después. Narra Blasius . . . El árbol junto al lago ya había dejado caer su última flor amarilla, ahora estaba seco, desnudo, como un simple árbol sin gracia. A ella le gustaban estas flores amarillas, le gustaba verlas, como a mí me gustaba verla a ella, su pálida pero delicada piel, su cabello largo tan n***o como la noche y sus ojos, esos ojos tan profundamente azules llenos de curiosidad y desconfianza que podían atravesar tu alma con tan solo una mirada y su sonrisa.. ella no tenía ni idea del poder que su sonrisa tenía sobre mí. —¿En serio lo hiciste? —lo escuché preguntar, no tuve que mirarlo para saber que estaba molesto — ¿Cómo fuiste capaz? —su voz era irritable pero persistente. Solté un suspiro frustrado, Cris podía parecer encantador a primera vista, pero la verdad era completamente insoportable cuando quería. —Lo hice por su bien —Me limite en responder. —¿Por su bien? Estella me contó todo, sé que le borraste su memoria y le diste una vida que claramente no le corresponde. —Estará a salvo. —¿Por cuánto? ¿Un mes? ¿Días? ¿Crees que tu hermanito Cold no la encontrara? —Pretendo mantenerlo ocupado —tiré una de las flores amarillas que había recogido del suelo y encaré a Cris, su cabello peinado hacia atrás y esos ojos mieles característicos de los duendes me fulminaban. Hayden estará bien, ella creerá que su nombre es Yden, tendrá una familia que la cuidará y una vida normal sin tener que recordar la asquerosa vida que llevaba. —No fue justo Blas, Hayden tiene que vivir su propia vida. —¿Para qué? ¿Para que siga sufriendo más? ¿Para que siga viendo morir a todas las personas que ama? ¿Eso quieres para ella? yo no podría vivir sabiendo que ella está sufriendo ¿Acaso tú si? Creí que sentías algo por ella. —Sabes muy bien lo que siento por ella y aun así me hice a un lado para que estuviera contigo ¿Pero borrarle la memoria Blas? ¿Esa fue tu solución? Di un paso hasta estar a centímetros de su rostro, teníamos casi la misma estatura, sus ojos fijos en los míos en una batalla que él sabía perfectamente que iba a perder por más enojado que estuviera. —Estará fuera de peligro, no quieras meterte en lo que no te importa —solté de manera fría, dejándole claro que no seguiría con esta discusión absurda. —Soy tu hermano, al menos debiste decirme —mencionó bajando un poco su dureza. Si, él era mi hermano por ser de la misma r**a de monstruo y por el tiempo vivido en el mundo humano, pero nuestra sangre y familia nos dividía. —¿Como tú me dijiste que fue Jinna quien robó el alma de la hermana de Donovan? —su cara cambió de enojado ha sorprendido. —¿Cómo lo supiste? —Ella lo confesó anoche, tú lo sabías, estuviste allí y no me lo dijiste. —No creí que fuera necesario, después de todo es lo que hacemos ¿no? —Claro —respondí sin más. Caminé hacia la casa, Estella regaba sus flores como de costumbre, pero en su rostro había un aire de tristeza, después de todo yo había asesinado a la única persona que ella consideraba como su hija. Al verme no dijo nada así que seguí de largo, ya no tenía por qué estar aquí, Hayden me había olvidado y yo debía aceptarlo, tenía que vivir con la idea de no volver a verla, de no volver a tocar su piel ni besarla, yo no existía para ella, así como debió ser siempre. No fue necesario empacar mis cosas, ya tenía lo que necesitaba en casa, en mi verdadera casa, con mi verdadera familia. Me dirigí hacia el bosque y me adentré en él, estaría lejos de Hayden sin importar el deseo de mi desesperado ser por estar a su lado. Un duende no tiene alma hasta que roba una, no siente remordimiento, no siente amor o afecto hacia otra cosa que no sea de su misma r**a, pero sin embargo yo... la encontré a ella, con tan solo seis años logró conmoverme y solo pude robar la mitad de su alma, quise estar lejos de ella y creí que viviría así por el resto de mi vida, hasta que esa vez la volví a ver, pero ya no era una niña y pasó algo que nunca había ocurrido, un duende se enamoró de una humana, me enamoré de Hayden y ahora debía aprender a vivir sin ella aunque eso significara mi propia destrucción. Me detuve en el sitio indicado, solté un suspiro antes de pronunciar las palabras para abrir el portal que me llevaría a casa. —Acaso te ibas a ir sin mi hermanito —cerré los ojos intentando controlar las ganas de arrancarle la cabeza y me hablé sin mirarlo. —Conoces muy bien el camino, Cold. —¿Qué hiciste con Hayden? —No te importa, ya iré a casa ¿eso era lo que querías no? —Nuestros padres querían que regresaras, yo quiero que termines lo que empezaste, pero veo que no te molesta seguir con ese ojo de color azul y con tu vida dependiendo de una simple humana. —Estoy bien. —¿Pero por cuánto? ¿Algunos años? Sabes perfectamente el riesgo que corres si no tomas su alma completa. —No me importa, iré a casa de esta manera te guste o no y por cierto —me giré hacia él aburridamente, ocultando la irritación y desagrado que me daba su burlona sonrisa —da gracias que no puedo matarte ya que nuestros lazos sanguíneos me lo impiden, porque si no te haría tragar tu propia lengua y tus testículos se los daría a tu enemigos de regalo —dije tranquilamente. —Siempre tan creativo y original hermanito —soltó una carcajada antes de entrar al portal. Solté un suspiro y entré, dejando atrás a lo único que me importaba en esta vida.
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