32|Heridas (Final)

2373 Words
Me llama su ángel pero le gusta más jugar con mis demonios. —David Sant. CAPITULO XXXII — • — Mi cabeza descansaba en el pecho de Blas, podía escuchar el suave latido de su corazón, inhalé su perfume e incliné un poco la cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos, los cuales me observaron al instante con una sonrisa de medio lado. Mis pies ya estaban entumecidos de tanto bailar, pero tan solo la idea de separarme de él me disgustaba. El flash de una cámara nos tomó distraídos, Catherine sonrió en modo de saludo, la cámara colgaba de su cuello, llevaba el cabello recogido y su vestido dorado se amoldaba muy bien a su cuerpo. —Esta foto salió hermosa, se ven tan bien juntos —Mencionó mirando el contenido de su cámara. —Qué inoportuna —murmuró Blas, le di un pequeño golpecito en el pecho para que se callara y le sonreí a Catherine. —Te ves hermosa, me encanta tu vestido —dije amablemente. —Verdad que si —sonrió y dio una vuelta para que apreciáramos mejor el vestido —Y tú estás fabulosa, el vestido te queda de maravilla —reparó mi cuerpo y sonrió con aprobación —Por cierto ¿dónde está Celeste? —ante su pregunta me separé de Blas y miré en varias direcciones en busca de la rubia, estaba tan concentrada que me había olvidado de ella. —Hay que buscarla de inmediato —propuso el pelinegro, pero Catherine lo detuvo y le entregó una máscara. —El juego de las máscaras va a empezar —también me entregó una máscara, la miré extrañada —debes encontrar a tu pareja, es decir que debes buscar a la otra persona que tenga la misma máscara que tú, cuando la encuentres deben ir justo allí —señaló una de las carpas donde estaba el alcalde sentado como en un trono —la primera pareja que llegué ahí gana —terminó de explicar, se puso su máscara y se mezcló con las personas. Miré a Blas, él ya se había puesto su máscara así que lo imité. —Escúchame bien, busca a tu pareja, Jinna debe estar con Celeste así que las buscaré, iré por aquel lado —señaló a su derecha antes de perderse. Me quedé anonadada en el mismo sitio sin saber qué hacer, después de unos segundos reaccioné. ¿Por qué Blas se veía preocupado? Respiré profúndame, convenciéndome de que no había por qué alterarme, Blas las encontraría, Cold no iba hacerle daño a Celeste porque a la que quería es a mí, además ella no tiene la marca ¿o sí? No, Blas me lo hubiera dicho, o eso quería creer. Alisé mi vestido y empecé a buscar, había máscaras de todo tipo, incluyendo personajes sobrenaturales como vampiros, brujas, zombies etc. Cuando Blas me habló por primera vez sobre este baile de máscaras creí que era con esos antifaces bonitos, no con estas mascaras espeluznantes modo Halloween. Busque entré las personas a alguien con la máscara de un lobo blanco, igual a la mía, pero era un poco difícil con las personas de un lado a otro, alguien me tomo del ante brazo y me apartó de la multitud —Ven conmigo si no quieres que tu noviecita sufra las consecuencias —amenazó, su voz me transmitió escalofríos y mi sangre se congelo de miedo. Mi esfuerzo por zafarme de su agarre fue en vano, una vez alejados de la plaza el hombre se quitó la máscara, dejé de respirar, sabía que tarde o temprano él iba a volver por mí, nunca debí bajar la guardia. —Otra vez tú —Mencioné, la sonrisa de Cold se estiró tanto que retrocedí unos pasos, no lo suficiente ya que aún me sujetaba del brazo. —Debo confesar que te vez encantadora, aunque no lo suficiente para entender por qué Blas sigue contigo. —¿De que estas hablando? —quería respuestas, pero él solo sacó un polvillo morado y lo sopló contra mi rostro, cerré los ojos rápidamente, mareándome al instante. iba a gritar, pero un cosquilleo recorrió mi cuerpo paralizándome hasta perder el conocimiento, lo último que vi fue a Cold apañarme con su maliciosa y macabra sonrisa que lo caracterizaba. Sentía mis parpados pesados y el cuerpo adolorido, me costó moverme por las cadenas que apretaban mis muñecas, el olor a humedad llenó mis fosas nasales con repulsión. ¿Dónde estoy? Parpadeé varias veces hasta que mi visión se aclaró, dándome cuenta que estaba dentro de una cabaña abandonada, la madera estaba podrida y las ventanas rotas, todo el lugar se veía horrible, hasta que en una esquina oscura lo vi, con su esmoquin sucio y su cabello revuelto, Blas estaba inconsciente y sus manos también estaban sujetas, pero a diferencia de mis cadenas las de él brillaban de un color dorado. —¡Blas! —grité, él seguía sin despertar, intenté llegar a él con mis pies, pero estaba demasiado lejos —Blas, despierta, por favor —sus ojos se abrieron lentamente, como si les pesaran. él se levantó del suelo al reaccionar y tiró fuertemente de las cadenas, pero estas solo brillaron más y su cuerpo se encogió como si las cadenas le transmitieran algún dolor. —¿Estas bien? —pregunté con preocupación, el asintió con la cabeza, pero su rostro reflejaba dolor. —Veo que ya despertaron —se anunció Cold al entrar, Blas al verlo quiso saltarle encima, pero otra vez las cadenas brillaron y él se encogió de dolor —Mientras más las fuerzas, más te dolerá, así que preocupa mantenerte quieto. Cold caminó entre Blas y yo, con las manos en la espalda y mirando la escena con diversión. —Ya basta Cold, déjala ir, esto no te incumbe —La voz de Blas sonaba fría e impaciente. —A ver Hayden ¿Ya sabes la respuesta a mi último acertijo? —Preguntó ignorando por completo a Blas. Yo negué con la cabeza —Te ayudaré un poco ¿Que tienen en común la familia Blak y yo? pregunta sencilla —me tomé unos segundos para pensar, mi cuerpo quería temblar de los nervios. —Sus ojos —respondí, recordando el color miel de sus ojos. —Muy bien, los duendes tenemos ojos mieles —mencionó, mi ceño se frunció. ¿Acaso ellos también eran duendes? ¿también robaban almas? —Cierra la maldita boca Cold, termia esto de una vez —continuo Blas a pesar del dolor de las cadenas, el seguía intentando liberarse. —Por cierto ¿Blas te dijo que tu amiga tiene la misma marca que tú? Miré a Blas con sorpresa y pánico. —Jinna, ella está contigo verdad —el rostro del pelinegro estaba roja de la ira. —Así es, mi querida Jinna siempre me mantuvo al tanto de ti —confesó Cold. —Que le hicieron a Celeste —susurré, mis labios temblaron. Todo esto estaba mal, si Jinna estaba de lado de Cold significa que se llevó a Celeste a propósito y ahora estaba en peligro. —Aun nada, pero Jinna al fin tendrá otra alma que robar. —¡no! si la tocas te mato —grité, tirando constantemente de las cadenas, Cold echó su cabeza hacia atrás en una carcajada. —En serio hermanito, no sé qué le ves a ella, las de nuestra r**a están mejor. ¿Acaso él le dijo hermanito a Blas? No. Por favor. No. —Te contaré una pequeña historia —mencionó Cold acomodándose en una silla vieja —Hace diez años Blas encontró una pequeña niña en el bosque, su deber era robarle su alma, pero él solo robó la mitad, quedando diferente al resto de los duendes ¿Le ves algo diferente? —preguntó, mi mirada de pánico analizó a Blas detenidamente hasta parar en sus ojos, en especial el de color azul —Creo que ya encontraste su diferencia —continuó, Blas apretaba los labios en una fina línea y se mantenía en silencio —Entonces al robarle la mitad de su alma a la pequeña niña, uno de sus ojos sufrió el cambio por no completar su trabajo, los padres de esa niña decidieron enviarla a un internado, después de unos años querían volver a sacarla de allí, pero Blas no podía permitirlo así que los detuvo. Las lágrimas picaban en mis ojos, yo sabía quién era esa niña, todo este tiempo él había sido el responsable de todo, Blas era un duende, un monstruo. Cold sacó una fotografía de su bolsillo y la colocó frente a mí. Ahogué un grito y cerré lo ojos con fuerza. Esto no podía ser verdad. —Así murieron tus padres. En la fotografía se veía a mis padres en el asiento del auto, sus mejillas estaban cortadas como si estuvieran sonriendo y la sangre estaba esparcida por sus cuerpos. Era una escena cruel y dolorosa. Las lágrimas resbalaron por mis mejillas sin control y mi visión ya se había vuelto borrosa. —Yo no los asesiné —se defendió Blas, yo no quería escucharlo, todo había sido una mentira. —Tienes razón hermano, solo los detuviste provocando que su auto se estrellara, así que yo terminé con sus vidas para hacerte más fácil la tuya —confesó. En este momento no sabía que decir o que hacer, no podía pensar con claridad. De un momento a otro Blas logró soltarse, arremetiendo contra Cold, ambos cayeron sobre varias tablas viejas que se partieron ante el peso de sus cuerpos. Las llaves cayeron del pantalón de Cold y rápidamente las acerqué con él pies, mientras escuchaba el ruido de sus golpes abrí el candando de mis cadenas y corrí fuera de la cabaña, sin importarme dejar a Blas. Él era uno de ellos y robó parte de mi alma. Me quité los tacones y corrí por el bosque sin importarme lo estropeado que estaba quedando mi vestido. Nada de eso importaba ahora, solo quería encontrar a Celeste y largarme de este pueblo. Las lágrimas impedían ver con claridad y la poca luz de la luna no ayudaba en lo absoluto. Un grito desgarrador me alertó, mi instinto me decía que corriera hacia el lado contrario, pero ¿Y si era Celeste? Escuché otro grito y corrí hacia allí, deteniéndome en seco al ver a Jinna sosteniendo a Celeste por el cuello, Los ojos de Jinna brillaban de un intenso color marrón y los de Celeste estaba completamente blancos. —¡No! —corrí hacia ellas, Jinna la soltó y Celeste se desplomó en el suelo como un muñeco de trapo, inconsciente. —Por favor despierta —me tiré al suelo y abracé a Celeste, rogando porque despertara, apreté su cuerpo contra el mío y lloré entre su cabello —Por favor, por favor —más lágrimas corrían por mi rostro. —Esto me recuerda la vez que Robé el alma de la hermana de Donovan ¿Cómo es que se llamaba? Estoy segura de que Cris me dijo su nombre mientras veíamos su cuerpo desvanecer —Jinna puso la mano en su barbilla "pensativa" y sonrió. —Eres un monstruo —murmuré, quería que mi mirada le transmitiera todo el odio que sentía en estos momentos. —Querida Hayden —pronuncio, su rostro ya no era de amabilidad como siempre, ahora podía ver su verdadero ser malvado, como si su mascara de buena persona se hubiera caído sorprendiéndonos a todos —no sabes las ganas que tenia de probar un alma nueva. —No... —miré a Celeste, su cabello rubio perdía su color al igual que su cuerpo, ella se estaba desvaneciendo y no podía hacer nada para salvarla —¡No! Por favor devuélvele su alma, no, no ¡No! —intentaba abrazar su cuerpo, pero ya no podía sentirlo. —Cold quiere que su hermano recupere el color de sus ojos y deje de ser un fenómeno ante la vista de su familia muy prestigiosa en nuestro mundo, pero he convivido mucho tiempo con Blas y sé que no lo hará, así que no perderé esta oportunidad —ella dio un paso hacia a mí, ni siquiera me moví, no podía, no tenía fuerzas y para ser honesta tampoco me importaba. Si iba a robar mi alma que lo hiciera de una vez por todas, Celeste era lo único que me quedaba y ahora ya no estaba, todo había sido culpa mía. Jinna ahogó un gritó cuando Blas cortó sus mejillas, sus palabras quedaron a medias envueltas en la gran cantidad de sangre que salía de sus heridas, ella cayó al suelo retorciéndose de dolor y sin poder respirar. Retrocedí desde el suelo cuando Blas quiso acercarse, pero mi mirada lo detuvo. —Hayden —murmuró. —Aléjate de mí —me puse de pie con dificultad —No te atrevas acercarte, eres uno de ellos, tú.. siempre has sido tú el monstruo. —Déjame explicarte, no quería hacerte daño. —¡Celeste ya no está! ¡No tengo a nadie! Todo este tiempo me estuviste mintiendo —otra vez mis lágrimas nublaban mi visión. —Solo quería protegerte. —¡Cállate! No.. no te acerques —retrocedí tanto como podía y me alejé de él. La oscuridad me rodeaba, mi cuerpo no tenía fuerzas y mi corazón estaba destrozado. Ya no podía más, mi pecho se apretó tanto que estaba segura de que me quedaría sin oxígeno, me apoyé de un árbol, su textura era viscosa, pero no me importaba, y allí en medio del bosque me dejé tumbar, las ramas habían rasguñado mi piel y mi cabello era un desastre, pero ¿qué importaba todo eso? Si todo lo que había construido en este pueblo ya no tenía sentido, me había enamorado de Blas, estaba dispuesta a permanecer a su lado a pesar del misterio que lo rodeaba, pero toda tarde o temprano se derrumba. Blas debía terminar lo que empezó. Mi cabeza comenzó a dolerme y el mareo se apoderó de mí ¿Qué demonios me pasaba? Todos mis recuerdos pasaban rápidamente como si alguien o algo los estuviera absorbiendo y de un segundo a otro perdí por completo el conocimiento.
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