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1020 Words
"Ella es esa clase de chica que viene de la oscuridad, pero aun así ama las puestas de sol" —Ron Israel. — • — Las luces multicolores se esparcían por todo el lugar, a través de la poca luz de fondo, la señora que nos abrió la puerta fue muy amable en darnos la bienvenida y ofrecernos una sonrisa antes de retirarse. Había muchas personas, demasiadas diría yo, mientras caminábamos entre los adolescentes con vasos en sus manos, agarré la parte de atrás de la camisa de Blas, para no perderlo. Eso era lo último que quería. Tragué grueso al sentir varios cuerpos pegados a mí, se movían al ritmo de una música que no había escuchado antes, no había voz alguna, tan solo era el sonido que provocaba saltos y manos en el aire. Estaba a punto de entrar en pánico cuando la tela entre mis dedos desapareció, intenté encontrar a Blas con la mirada pero era casi imposible con la poca luz y las luces coloridas que empezaban a marearme. Sentí un tirón de brazo hasta que alguien me apartó del gentío, Blasius tomó mi rostro entre sus manos para obligarme a verlo. —Tranquila, todo va a estar bien —dijo fuertemente para escucharlo a través de la alta música. Asentí varias veces. El color de sus ojos no se distinguían a causa del lugar, pero tan solo su tamaño y figura lo hacían ver intimidante, pero yo no me sentía así, ya no me intimidaba o me daba miedo, solo me hacía sentir segura. —Toma esto —me tendió un vaso con líquido rojo —Es ponche. Me llevé el vaso a la nariz, olía bien así que le di una probada, no sabía al líquido amarillo que tomé en el baile de la fundación, este tenía un sabor distinto y me agradaba. — ¡Viniste! —Catherine me abrazó con una amplia sonrisa. Tenía un vestido ajustado de color verde resplandeciente que combinaba con sus ojos. —Feliz cumpleaños —felicité. Blas dio un asentimiento de cabeza y se retiró, lo miré ir hacia la comida, no quería perderlo de vista. —No puede ser, ven —entrelazó nuestros brazos llevándome escalera arriba, hasta entrar a una habitación y cerrar la puerta, dejando toda música atrás. — ¿Qué pasa? —pregunté confundida. — ¿Qué pasa? ¡Mírate! —Señaló mi ropa —puede que sea un pueblo anticuado, pero nos gusta vestir bien y tengo el vestido perfecto para ti —su emoción se notaba mientras buscaba en su closet. Yo me sentía bien con lo que llevaba puesto, no entendía cuál era el problema. — ¿Dónde están tus padres? —me senté en el borde de la cama. —Fueron a visitar a mi tía Mary en La Capital, regresan mañana al medio día —dijo tendiéndome un vestido plateado —Pruébatelo. Mis piernas se veían aún más pálidas por el vestido de lentejuelas que quedaba mucho más arriba de mis muslos y en la parte de arriba mis pechos resaltaban. Me sentía desnuda, literalmente, quizás ella decía que era el vestido perfecto para mí, pero yo sabía que no era el adecuado. — ¿No tendrás algo más cubierto? —pregunté mirándome al espejo, no iba a salir vestida con este diminuto traje. La escuché resoplar y sacar varios vestidos más de su armario. —Que aguafiestas eres, saliste de un convento de monjas o algo así —empezó a reír sin darse cuenta que eran prácticamente ciertas sus palabras —Lo siento, es obvio que tus gustos no son iguales a los míos —sonrió sin mostrar los dientes —Estoy segura que te verás muy bonita en este —me mostró un vestido azul ajustado, era corto pero no exagerado como el anterior y tenía unas bonitas mangas transparente largas —Y combina con tus ojos. Mientras ella soltaba mi trenza yo no dejaba de pensar en que Blas estuviera cerca ¿Y si se aburrió y decidió irse? ¿Y si me dejó desprotegida? —Entonces... —Catherine ponía cosas en mi cara que antes no había visto —Desde cuando conoces a Blasius Blak —alzó su ceja en espera de mi respuesta. —Fue un día después de haber llegado al pueblo —dije, evitando decir que casi atraviesa mi cabeza con un hacha en el bosque —En realidad no lo conozco mucho, sé poco sobre él. —Y no te culpo, la mayoría de las chicas queremos saber más sobre el misterioso chico de ojos distintos —sonrió. — ¿Te gusta? —La miré a través del espejo. — ¿Y a quién no? —Se encogió de hombros —Es encantador e intimidante, dicen que con solo verlo a sus ojos quedarás hipnotizada por él, por eso evitamos verlo directamente ¿Te imaginas estar enamorada de alguien que no te corresponda? Y él ha evitado a todas las chicas de este pueblo, por eso nos sorprendió verlo hablar contigo. La escuché con atención y eso hacía que mi curiosidad por Blas creciera aún más, qué tanto escondía además de ser un cazador de duendes. —Sí, podría decirse que tiene sus encantos —mencioné en pensar en sus ojos, sonrisa y hoyuelos — ¿Qué sabes sobre su hermano? ¿O hermana? —Cris es adorable, guapísimo y mucho más sociable que Blas —de eso estaba de acuerdo con ella —Aunque ninguno fue a la preparatoria, estudiaban en casa, pero Cris se paseaba el pueblo ayudando a los demás. — ¿Tienen otro hermano? —recuerdo la ves del baile que Cris me llevaba a conocer a su familia, estaban Jinna, Blas y otro sujeto que no reconocía. —Solo una hermana —dijo —Es súper rara, nadie la había visto hasta el día en la asamblea, de hecho todos estuvimos atónitos de ver a todos los hermanos Blak juntos, fue una explosión de belleza para nuestros ojos —Me sonrió al contemplarme —Ya quedó, eres tan hermosa Hayden... —suspiró volteándome hacia el espejo.
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