Y en toda vida joven, inmadura, uno como adolescente hace cagadas, eso lo sé por experiencia, así cómo lo debes saber tú que lees esto con una sonrisa. Mi primera vez fue una de esas cagadas.
Teníamos 15 años, lo recuerdo… Más o menos.
-Kía, hay una fiesta en casa de Eduardo- Lucía sonaba muy animada, era una chica de mi clase con la que hablaba de vez en cuando y de quien empecé a sospechar cierto interés hacia mí para acercarse a mi mejor amigo que, ahora había pasado a ser un m*****o del equipo de baloncesto de la escuela y que, aún siendo novato, empezaba a llamar la atención de nuestras pubertas compañeras-¿Vamos?¿Le dirás a Kory que vaya?- puse una sonrisa falsa.
-Suena bien, ¿Cuando es?
-El viernes, sus padres saldrán de casa todo el fin de semana y la fiesta será épica- dijo muy animada.
-Ow, es una lástima…-dije con tono exagerado-El viernes acompañaré a Kory a su extracción dental.
-¿Qué?- preguntó sorprendida de mi respuesta. Me encogí de hombros restándole importancia.
-Lo siento. ¡Adiós!- prácticamente corrí alejándome de ella y me contuve para no reventar en risas debido a su cara, parecía a punto de hacerse en los pantalones.
-¿De qué diablos te ríes sola, enferma mental?- Kory jaló mi cabello cuando pasé a su lado y dejó hablando solas a dos chicas que parecían chicles encima de él.
-Le dije a Lucía que no iríamos a la fiesta del viernes porque te acompañaría a una extracción dental- expliqué y me miró aturdido parando en seco nuestro caminar- ¡Oh, vamos!¡No te vas a enojar por eso!
-No me enoja que le hayas dicho a esa pesada, ¡Me enoja que te atrevas a suponer que saldría de estas bellezas!- dijo señalando su boca- Son perfectos, Kía. ¿Quién te creería una mentira tan mala?
-Idiota- resoplé mientras había la puerta que llevaba hacia la cafetería.
-¿Por qué no quieres ir a esa fiesta?- preguntó intrigado-¿Es por cierto pelirrojo?- le di una mirada de pocos amigos mientras reventaba en risas-¡Mierda, lo es! Debes dejar de flecharte sola con chicos a los que no les confesarás tu amor jamás, Kía- aconsejó y le quité la bandeja de las manos sólo para que tuviese que ir por otra- No te enojes pero, ¿Cuál es el punto de que te guste Simon si nunca se lo dirás?
-Me besé con él, un par de veces la semana pasada- dije encogiéndome de hombros mientras avanzaba la fila y tomaba una manzana roja.
-¿QUÉ?¿Cómo piensas que sabré eso si no me dices?- parecía una amiga chismosa reclamando el no haber escuchado un chisme, en cierto modo, él era eso para mí. Me encogí de hombros.
-Estabas en tu cita con Dina- dije poniendo los ojos en blanco- además, fue fatal- levanté una mano para enumerar mientras tomaba un vaso de gelatina- Su auto apestaba a gasolina- levanté otro dedo- la boca le olía mal y quiso agarrarme una teta- Kory reventó en risas y le lancé una patada mientras tomaba el taco que la señora de rostro amable y cabello preso en malla me tendía- ¿Ves? Por eso no te dije nada.
-Tienes que dejar de guardarme secretos- aconsejó mientras agradecía a la señora por la comida- Es un buen chico, quizás olvidó cepillarse antes de salir.
-Por favor…
-En serio- dijo mientras caminábamos a nuestra mesa de siempre bajo la mirada de las estúpidas chiquillas menores que nosotros y las estúpidas compañeras de clases de ambos que lo miraban a punto de babear. Sí, el chico era ahora más alto, más fornido, tenía buenas piernas, pero ¡Supérenlo!- Además, tienes lindas tetas, no lo culpes por haberlas querido tocar.
-¡Kory!- reclamé sintiendo mis mejillas colorarse mientras él se acomodaba en la silla y me miraba con ojos de clara inocencia fingida-¿Cómo carajos me dices eso? Pedazo de…-suspiré intentando calmarme- El punto es que no, gracias. No quiero a ese pelirrojo en mi vida.
-Pendeja- respondió con simpleza mordiendo su taco.
-¿Tú quieres ir a esa fiesta?- pregunté empezando a comer. Se encogió de hombros y pareció pensarlo un poco.
-Sería bueno. Pero no quiero una de esas tontas fiestas a las que hemos ido últimamente donde yo me pierdo con mis amigos y tú te pierdes por ahí con algún tonto- puse los ojos en blanco. El chico sabía avergonzarme, gracias a Dios sólo éramos nosotros dos porque de otra forma le arrancaría la lengua con el cuchillo de plástico- Quiero ir pero que te quedes conmigo todo el tiempo.
-¿Algún motivo en especial?- pregunté con una ceja alzada- ¿Te estás escondiendo de alguien, quizás?-adiviné y fue su turno de sonrojarse- Me quieres utilizar, bien, lo sabía. ¿Ahora, puedo saber contra quién?
-Es sólo… Bien- suspiró- Liam tiene algo con querer hablar contigo que no me cuadra- fruncí el ceño.
-¿Liam?¿El del equipo, Liam?
-¿Cuántos Liam conoces, Kía?- preguntó con fastidio- Él ha preguntado mucho por ti e incluso stalkeo todas las fotos tuyas y mías que encontró en i********:.
-Mierda, son muchas- objeté.
-Vaya que lo son- confirmó- Es un maldito idiota y le gusta hablar de más de las chicas con las que… Tú sabes.
-¿Y crees que siendo mi sombra en esa fiesta él no se me acercara?- adiviné
-Al menos estaré ahí para cuidarte- dijo y sonreí recordando las múltiples veces en las que Kory ha estado en mi vida para cuidarme, eran simplemente incontables.
-Te lo agradezco, pero sabes que puedo cuidarme sola- frunció el ceño- Si quieres que esté en toda la fiesta contigo, lo haré. Sólo no te alejes tú, a mí sí que me hace falta una fiesta divertida a tu lado.
-¡Entonces, no se hable más!- dijo sonriente- ¡Tú y yo, bebé!- gritó en voz alta alzando el puño cerrado hacia mí, al menos media docena de personas se giró a mirarnos y nunca sentí más vergüenza-¡Hazlo o te beso!- amenazó y lo miré con los ojos muy abiertos.
-¡Por Dios, me avergüenzas! ¡Bien, bien, tú y yo!- le seguí la corriente chocando el puño mientras él gritaba como tonto. Terminé de comer mi taco viéndolo con diversión.