Bajé lo más que pude el borde de mi falda corta negra, ¿Quién carajos me habrá dicho a mí que debía ir de falda corta? Daba igual, estábamos en camino y Kory no dejaba de parlotear.
-Dicen que estoy jugando muy bien, Kiki, el año que viene podría ser seleccionado, ¿Te lo imaginas?- decía con emoción viendo el camino con una sonrisa en los labios, detallé su perfil: usaba una sudadera roja y unos jeans, nada fuera de lo común. Era su sonrisa, su confianza y los claros ojos azules que tenía lo que destacaban en él. Estaba muy orgullosa de que hubiesen resultado tan bien las cosas para él, era un verdadero amigo-¿Kiki, me estás escuchando?
-Sí, te escucho, y deja de decirme así- pedí con fastidio-¿Tantas ganas tienes de irte a la universidad y alejarte de mi?- se sorprendió de mis palabras y aprovechando un semáforo en rojo giró a mirarme.
-¿De qué hablas?¿Por qué querría alejarme de ti?
-No lo sé- encogí los hombros- Hablas tanto del futuro, de la universidad, del mañana…- murmuré mirando al frente- Yo ni siquiera sé lo que pasará la semana que viene y tú estás preparándote para que te seleccionen el próximo año- sonaba como una amargada y sí, puede que lo estuviese un poquito.
-Oye...No digas eso, tonta- dijo arrancando y tomando la palanca rozando levemente mi rodilla- Jamás me alejaré de ti, ni siquiera estando en otro país dejaría de hablar contigo a diario- dijo sonriendome y le devolví el gesto sólo para que cambiaramos el tema. Las cosas en casa no estaban muy bien y era momento de borrarme un poco de la cabeza las palabras de mi venenosa madre.
-Quiero tomar alcohol hoy- admití y me miró aterrado.
-Kiki, conseguí que mamá me prestara el auto no sé cómo- dijo- por favor, no la cagues ni hagas que terminemos presos hoy- puse los ojos en blanco.
-Tranquilo, sólo te digo para que me cuides. No pienso hacer nada de lo que tenga que arrepentirme luego- él suspiró pero siguió sin parecer muy seguro. Miré el camino, al parecer habíamos llegado a la fiesta. El sonido de la música estridente al apagar el coche de Winnie nos lo confirmó. Tragué grueso y bajé del auto halando un poco la falda de nuevo mientras Kory se aseguraba que estuviese cerrado antes de dar la vuelta y caminar a mi lado.
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-Linda falda, Kía- le lancé una mirada a Kory, Liam estaba encima mío mientras el tonto fue a acompañar a Amber a esperar a su padre fuera. Bien, hermano, buen momento para ser un caballero.
-Gracias, Liam- murmuré sobre su oreja, la música nos obligaba a hablar casi sobre el otro y él no parecía nada molesto como yo por el acercamiento físico.
-¿Quieres una cerveza?- negué con la cabeza y sonrió insistiendo- ¡Oh vamos! Te vi tomando un par justo ahí con Kory como tu perro guardián- hice una mueca- Por cierto, ¿Donde está él?
-En el baño, ya viene- mentí y asintió dando un trago-Escucha, voy fuera, ¿Si? Dile a Kory que salí por un poco de aire.
-Puedo ir contigo, si quieres- quise negarme pero el chico me siguió fuera y con molestia tuve que aceptar su escolta. En el patio habían unos muebles mal acomodados con un grupo sentado encima desparramado donde unos tosían y otros se besaban con pasión siendo el perfume principal el olor a porro barato, estudio en la pública y mi madre es una adolescente reprimida en sus treintas, sé de lo que hablo.
La música ya no torturaba tanto mis oídos, en cambio la voz de Liam sí que lo hacia, intentaba quitármelo de encima pero era algo casi inútil.
-Ven aquí, Kía- pidió luego de levantarse para recargarse contra el muro lateral de la casa, se había alejado porque el viento no le dejaba encender su cigarrillo-Vamos, ven aquí- insistió y me levanté con torpeza de la pequeña escalerilla de entrada a la casa en la que estaba sentada. No pasé por alto el profundo vistazo que le dio a mis piernas y de pronto las sentí más desnudas que antes-Eres muy linda- murmuró sonriendo como tonto cuando me detuvejunto a él. Debo decir que me sonrojé un poco, pero no me culpen, era una puberta a la que un guapo e imbécil chico deportista le estaba haciendo un cumplido y sí, soy medio macho, pero también fácil de afectar.
-Gracias- murmuré de nuevo mientras ponía una mano junto a mi cabeza, en ese momento me di cuenta de que tenía la pared a mis espaldas y su rostro muy cerca del mío, con olor a nicotina y cerveza barata, a lo último también sabía mi boca-Creo que Kory debe estar buscándome.
-Lo dudo, estaba muy animado con Amber- mierda, mi Superman me abandonó por una Batiputa. La mano de Liam subió por mi muslo con lentitud, colándose bajo mi falda y tocando mi cadera poco a poco. Al principio rehuí su toque, pero sintiendo la calidez de su mano y mirando su lindo rostro, me dejé llevar un poco, no sé si fue el alcohol en mí, así que no podría culparlo cuando en realidad nunca le dije que se apartara.
-¿Kía?- giré la cabeza justo cuando los labios de Liam iban a besar los míos, viendo los furiosos ojos azules de mi mejor amigo, quien me dio la impresión de que se abalanzaría sobre Liam en cualquier momento.
-Kory, mierda, vamos- dije apresuradamente saliendo de mi estupor y tomando su muñeca para arrastrarlo dentro, aunque me costó moverlo, puesto que no dejaba de medir fuerzas viendo a los ojos seriamente a Liam quien parecía más atontado que nunca- Vamos, Kory- insistí y a regañadientes empezó a moverse.
No se me ocurrió otra que llevarlo al piso superior, ni siquiera conocía la maldita casa pero ahí estaba, cerrando la puerta de la habitación color crema en la que parecía dormir una abuelita, Kory revolvía su cabello enojado y su cuello tenía un chupetón. Eso me enfureció.
-¿Ibas y venías, no?- pregunté irónica y me asustó cuando caminó hacia con enojo y cerraba los puños justo a ambos lados de mi cabeza descansdandolos sobre la blanca madera de la puerta.
-¿Estabas a punto de besarte con ese hijo de puta justo cuando te dije que no lo hicieras porque tiene la lengua más larga que el p**o?¿Es en serio, Kía?
-No iba a besarme con él…- murmuré apresurada-Sólo…
-¿Ah no?¿No era eso lo que detuve? ¡Vi su maldita mano en tu falda!
-¡Ay deja de regañarme ya!- me quejé en su mismo tono- ¿No era que me cuidarías hoy?
-No tengo que estar sobre ti las 24 horas del día, idiota- dijo molesto- no eres una niña.
-¡Tienes razón! No soy una maldita niña- afirmé- Así que sólo me dejé llevar un poco con Liam, de la misma forma en la que tú al parecer estabas acompañando a Amber, no es así?- dije señalando la marca en su cuello. Pero sorpresivamente, Kory respondió sosteniendo mi cuello con fuerza con una mano, asustándome con el gesto, incluso espantandome un poco por la presión.
-¿Te querías dejar llevar con ese imbécil?-repitió con los dientes apretados-¿Por qué no lo haces conmigo, mejor?