-¿Qué carajos dices, idiota?- fue mi pregunta automática e incluso no pude evitar reírme de su expresión furiosa- Ya, déjame en paz, Kory, tomé varias cervezas, ¿Bien?- me soltó de inmediato y se alejó dos pasos hacia atrás revolviendo su cabello repetidamente-¿Estás bien?- pregunté sentandome en el borde de la cama y viendo cómo caminaba de un lado al otro- ¿Kory? -¡Mierda, Kiki!- dijo en voz alta girandose hacia mi para sentarse justo a mi lado- ¡Sólo no quiero que te joda nadie!¿Cuándo diablos lo vas a entender? -Cuando tú entiendas que me sé cuidar sola- dije con rebeldía y me miró como si dudara completamente de mis palabras- Sé hacerlo, Kory- insistí y se rió de mí, lancé un golpe a su brazo pero me sorprendió lanzandose sobre mi hasta cubrirme con su pecho y mi espalda quedara apr