Sally Brin Danilo me ha dicho que estos días estará llegando tarde a casa. Quiere despejar lo más posible todos sus deberes para poderse tomar un par de días a mi lado después de la boda. Me hace mucha ilusión que podamos pasar algunos días a solas y alejados de todo este mundo, de la ciudad. Relajados en un camastro a pie de una palmera frente al mar. ¡Quiero y necesito! Durante el desayuno he estado pensando en algo que necesito decirle y se que no le gustará mucho la idea. Pero no le digo en este momento, espero a que terminemos de comer. Una vez en el recibidor, le doy un beso de despedida acomodando su camisa y la corbata. Sonríe. —Nos vemos más tarde, si necesitas algo llámame, tendré el móvil a mi lado. —Gracias —le digo dejando un besito en sus labios, cuando me aparto carras