Sally Brin Los días después de regresar a la Capital fueron un martirio para mí. Elian me había pedido que me mudara a su casa y aunque lo que más deseaba era estar sola para poder superar todo lo que me estaba pasando, estaba consciente de que debía cuidarme por mi hijo. Faltaban tan sólo unos días para que mi hijo naciera. Estaba sentada frente al televisor en mi habitación, me torturaba viendo el noticiero, sólo de esa manera podía sentirme cerca de él. La campaña previa para las elecciones a próximo presidente ya había comenzado. Todo mundo hablaba sobre ellos, el presidente más querido y su bella esposa. Apretaba los dientes con coraje cada vez que la veía a su lado, al final ella ganó, logró separarnos. Apago el televisor cuando escucho que mi nana entra a la habitación. —¡
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