Sally Brin —Señorita, usted no debería pintar… puede ser dañino para su salud —dice al verme que vierto un poco de pintura celeste en un recipiente de plástico. Sonrió. —Esta pintura no es tóxica, Gómez, la compramos en una tienda especializada en artículos para bebé, Danilo esta muy emocionado también, ya le dije que comenzaríamos a pintar la habitación me ha dicho que en cuánto pueda vendrá a ayudarme. —Que gusto verla feliz, señorita, lo merece. Pongo mi mano en su hombro —gracias, eres un buen hombre Gómez, ahora que me ayudarás a pintar, por que no me platicas como es que terminaste trabajando para mi hermano durante tanto tiempo y como es que te tiene tanta confianza. Gómez toma dos brochas y me pasa una, lo veo pensativo —fue hace años, nos conocemos desde jóvenes, señorit