La mujer estaba embargada por la tristeza y la desazón. Quería verlo pero como siempre lo había hecho en la distancia. Siempre lo amo escondida en las esquinas. Conducía el auto hacia su apartamento que quedaba en las alamedas un barrio residencial muy prestigioso. -Una cena de negocio- se repito para matar la emoción que se revelaba a callarse dentro de ella- solo será una cena de negocio. Llego a su apartamento y rápidamente se dio un baño y luego vistió un vestido blanco ceñido largo hasta el medio muslo. La prenda tenía el cuello con forma de corazón, con un fajón rojo, zapatos altos rojos. Exhalo el aire. -Tengo que ir lo más formal, que no vaya a pensar que lo quiero conquistar- se dijo más nerviosa. Sus pensamientos la estaban ahogando. Dejo su cabello suelto y lo adorno