Capítulo 18 A las nueve menos diez de la mañana del lunes 4 a de octubre el matrimonio Appalle llegaba al portal de la comisaría. —¡Es muy pronto, esperemos! —ordenó él en dialecto napolitano después de mirar la hora en su viejo reloj de bolsillo, de caja de acero, pero con cadena de oro y medallita de San Genaro también de oro, regalo de su padrino de bautismo, reloj, como correspondía, de marca Perse, igual que los de las estaciones de los ferrocarriles del estado. — No, Gennari’, trasìmo, ché è eguale, eguale!88 —le contestó ella, indómita. Empezaron una riña sobre si entrar o no, levantando cada vez más el tono. Después de un par de minutos de tensión, el centinela de guardia del portal, molesto, se acercó y les reprochó con brusquedad, con un marcado acento emiliano: —¿Qué os p