Capítulo 17 A primera hora de la mañana del 2 de octubre de 1943, Vittorio D’Aiazzo y dos agentes fueron con una camioneta a la Plaza Mazzini, donde a los muertos en el combate contra los pánzer se les había colocado de la mejor manera posible que consentían los ultrajes a sus cuerpos, por parte de los supervivientes de la compañía del comandante Amicarelli y la gente de la zona. Los cadáveres estaban alineados a uno de los lados de la plaza y, en los muchos casos de masacre absoluta, se usaron sacos y palas para recoger la mísera materia orgánica a la que se habían quedado reducidos los cuerpos de los patriotas sobre los que habían pasado una y otra vez los tanques alemanes. El cuerpo de Marino Bordin estaba entre los no muchos que estaban casi completos, salvo por una larga raya de colo