Capítulo 16 El 1 de octubre a las nueve y media de la mañana los angloamericanos, llevando a la cabeza un escuadrón estadounidense de carros de combate M4 Sherman, entraron en Nápoles con expresión de fieros vencedores. Pero como los napolitanos les recibieron como libertadores entre ovaciones entusiastas, sus ánimos se fueron relajando y, además, entre los estadounidenses había descendientes de partenopeos emigrados a Estados Unidos y parte de ellos tenían parientes en la ciudad: desconocidos, pero parientes siempre. Mariapia, con su fiel Garand a la espalda, se unió a los vociferantes aclamadores que, dejándolos pasar, asistían al paso de una sección motorizada de infantería estadounidense. De repente se le acercó y desarmó un resuelto cabo de la Military Police, que casi le arrancó el