Capítulo 15 En la noche entre el 27 y el 28 de septiembre, en diversas zonas de Nápoles, muchos ciudadanos salieron de sus casas para unirse a sus conciudadanos ya levantados, no solo sustituyendo así a los patriotas muertos, sino enriqueciendo las filas de los combatientes y haciendo a la insurgencia masivamente popular. Una parte de los nuevos rebeldes llevaban las escopetas de caza y las pistolas que tenían en casa, pero ocultadas a las autoridades a pesar de las amenazas, primero del régimen fascista y luego del mando alemán. Muchos, con o sin armas de fuego, llevaban en los bolsillos o en la cintura navajas o cuchillos de cocina. Algunos llevaban preparadas, con trapos y gasolina, cócteles molotov, formidables a pesar de su simplicidad. El 28 de septiembre se manifestó por completo