El pasillo se hace eterno mientras mis pies quieren ir más rápido de lo que todo mi cuerpo puede, la necesidad de llegar y saber que todo esto ha sido un sueño, una maldita pesadilla se vuelve inútil al ver a Amelie llorando en los brazos de mi padre, mientras el doctor se disculpa con mi padre y siento que de pronto mis rodillas son de gelatina incapaz de sostener mi propio peso.
- ¿Dónde está? – pregunto llamando la atención, tanto de mi padre como del doctor.
- ¿Que haces aquí? – pregunta con desagrado mi padre, mas no le preste atención.
- Doctor ¿Dónde está mi abuela? – el hombre me observa y con un simple gesto me responde aun sin hablar.
Se fue.
Mi nonita se fue.
…
Ingreso a la habitación, luego de discutir con mi padre, el doctor me dio permiso de ver a mi abuela una última vez y me derrumbo por completo al verla de esa manera, su piel blanca más pálida de lo normal y sus ojos cerrados, todo su cuerpo muestra una paz que en este mismo momento yo no siento.
- ¿Por qué? – lloro tomando su fría mano - ¿Por qué me dejaste? Si tú eras lo único bueno y real que tenía ¿ahora que hare?
No soy consiente de todo el tiempo que pasa, sino hasta que Julián ingresa y tomándome de los hombros me pone de pie.
- Amor
- Dime que es mentira – imploro – dime que ella esta durmiendo y que pronto despertara.
- Lo siento – niega – tenemos que dejar a los médicos seguir el protocolo – observo sobre su hombro y veo un doctor mayor y uno mas joven esperando en la entrada.
Dejando un beso en la mejilla de mi nonita, tomo el brazo de Julián y con las pocas fuerzas y ganas que tengo, salgo de la habitación deteniéndome frente al doctor más joven.
- ¿Qué ocurrió? Ella estaba bien ¿Cómo es posible esto?
- La señora Bianco estaba en la etapa mas critica de su enfermedad y…
- ¿Enfermedad? – pregunto confundida. – es imposible, ella estaba perfectamente saludable, ella…
Entonces las imágenes de todas y cada una de las veces que la encontré masajeándose el pecho, o agitada aun cuando estaba sentada, lo poco que comía o sus continuas migrañas… ella estuvo enferma todo este tiempo y yo jamás le presté la suficiente atención.
- Estaba enferma – digo en voz alta.
- Presentaba problemas cardiovasculares, ella era consciente de que necesitaba seguimiento, aun así, desde el principio se negó.
- Pero ¿Por qué?
- Los efectos secundarios del tratamiento podrían llegar a ser incluso mas fatigosos que la misma enfermedad, lamentablemente no sabíamos que el tiempo que le quedaría sería tan escaso.
Ella siempre supo que moriría, ella lo sabía y sufría y aun así se calló todos y cada uno de sus dolores y me siento una mierda miserable por solo ser consciente de mi sufrimiento y no ver más allá de mi propia nariz.
- La enfermedad es hereditable, por lo que recomendamos a los familiares directos realizarse los estudios correspondientes – continua el doctor justo al tiempo en el que Amelie aparece junto a mi con los ojos rojos mientras hace presión en un pequeño trozo de algodón en su brazo.
- Acabo de realizarme los míos, en una semana tengo los resultados, papá también se lo hizo.
- Tendrías que hacerlos – habla Julián recordándome que está aquí, lo observo y ver su rostro afligido me enferma.
- No.
- Amor
- Ella se murió – digo con el nudo nuevamente en mi garganta – siempre lo supo, sabía que moriría y no le importo dejarme sola.
Camino lejos de todos, salgo del hospital y en el momento en el que el aire golpea mi rostro, comprendo que realmente no voy a despertar de esta horrible pesadilla, porque simplemente esta es la realidad y estoy dolorosamente despierta.
- Por favor – Julián aparece detrás de mí – descartemos cualquier posibilidad de que tengas algo – la suplica en su vos no pasa desapercibida y asiento automáticamente al mismo tiempo que su cuerpo se destensa y se relaja.
…
Los resultados de los exámenes estarán en una semana, mientras tanto, me preparo para asistir al funeral de mi nona y el resentimiento crece.
¿Porque no me lo dijo? Quizá, de esa manera podría haberme preparado para este final, quizá hubiésemos encontrado la manera de que el tratamiento no fuese tan doloroso, quizá… quizá dolería menos su perdida, el saberme sola.
…
Tomo un puñado de la tierra que descansa junto a la fosa que amolda el ataúd donde los restos de la mujer que me amó sin contemplación descansan y lo arrojo junto a una rosa blanca, su favorita mientras una lagrima recorre mi mejilla y agradezco todos los momentos que vivimos juntas.
Alzo la vista y la imagen de mi padre abrazando a la hija que si deseo me desmorona más, pero contengo toda la rabia que tengo y doy media vuelta para abandonar el lugar, ya no tengo nada que hace ahí, todo lo bueno que tengo esta en mi memoria, en mis recuerdos.
…
Luego del funeral de mi nona, todo cambio, mi relación con Julián cayo en picada y mis ganas de vivir se fueron con ella.
Los resultados ya están listos y aunque no tengo ganas, voy a retirarlos encontrándome con mi padre y Amelie quienes salen sonrientes.
- ¡Salimos negativos! – me abraza la susodicha. – vamos, te acompaño – dice tomándome del brazo, pero me suelto de su agarre.
- No.
- Lo siento, yo solo…
- Deja de hacerte la mosquita muerta, tu y todos los tuyos pueden pudrirse en el infierno. – me alejo de allí en busca de mis análisis.
Espero alrededor de quince minutos hasta que un doctor me atiende en su consultorio, espero impaciente que abra el maldito sobre y observo cada detalle de su rostro al momento en el que lee la dichosa hoja.
- Negativo – dice por fin, pero no puedo respirar tranquila, pues su rostro me demuestra que algo no anda bien.
- ¿Qué sucede?
- Hay unos números irregulares en el conteo de leucocitos y me gustaría hacer otros estudios.
- ¿a que se refiere?
- El número de glóbulos blancos y glóbulos rojos son anormales y puede significar algo grave.
- ¿Qué tan grave?
- No quiero adelantarme a nada.
- Por favor – suplico - ¿Qué puede ser peor que perder a la única persona que me quiso?
- Estamos hablando de un posible linfoma o leucemia. – el aire abandona mis pulmones y solo puedo observar el rostro preocupado del hombre frente a mí.
¿Qué más podría sucederme?