Mientras los hermanos hada se distraían en el jardín trasero del palacio recogiendo flores de distintos colores, Sariel y Vlad caminaban por los pasillos del palacio, enganchados del brazo, seguidos por el séquito de damas que siempre estaban con Sariel. -¿Cómo te aguantas que tantas personas estén tras de ti día y noche? - le susurró Vlad, incomodándole aquellas miradas. -Al principio fue molesto, pero me terminé acostumbrando - respondió, causándole gracia las miradas que las nobles y empleadas del palacio dirigían a Vlad -. Siempre que vienes robas suspiros. -Yo también estoy acostumbrado a eso, en el Tercer Cielo también ocurre, al parecer las ángeles que hace eones morían por Lucifer ahora se mueren por mí. -Eres el varón más hermoso de la creación, no me sorprende que así sea