Jelena aparcó su lujoso auto Mercedes Benz en el parking más cercano al teatro Bolshói. Realmente no era su auto, lo compró Vlad en su época de famoso DJ junto a otros autos deportivos los cuales ella vendió y destinó dicho dinero a una cuenta de ahorros que solo usaría en caso de emergencias. Pese a que iba vestida con el deportivo chándal de la compañía y unos tenis también deportivos, no dejaba de tener el aspecto imperial que tanto la caracterizaban a ella y a su hermano, por lo cual iba robando miradas por donde quiera que pasara. Y bueno, hasta los habitantes de la calle sabían que ella era la bailarina estrella de Rusia, de Europa e incluso de todo el mundo. Pero la fama no se le había subido a la cabeza, razón por la cual le dirigía una dulce sonrisa a todo aquel que se la quedar