Capítulo 3

3001 Words
June no podía creerlo, su vecino sexy, su vecino que está como un pedazo de dulce, su vecino con el que ha estado fantaseando por un año, acaba de decirle que la desea, y la está besando como si le dijera la verdad, Franklin nunca la había besado así, con tanta pasión, además no recordaba que Franklin sujetara sus nalgas como si fueran un salvavidas. —Por favor dime que no estoy soñando. — exclama ella la segunda vez que se suelta para tomar aire. — ¿Sueñas conmigo así cariño? — pregunto Julián pícaramente mientras discretamente le desabrocha la camisa. June se ríe, se ríe de verdad, como no lo había hecho en mucho tiempo y lo besa de nuevo, si esto está sucediendo va a aprovecharlo al máximo, ella acaricia los hombros de Julián y comienza a mecerse en contra de su erección, desde el momento que entro a su casa vestido con unos Jeans y una camisa del mismo material June casi se corre allí mismo, y ahora lo está besando, de verdad besándolo, no es un sueño. Sin darse cuenta Julián se ha deshecho de su camisa y ahora contempla su corsé n***o, June casi espera ser rechazada, pero en cambio él le proporciona un apretón a sus pechos sobre la tela de encaje, ella gime e inclina su cabeza hacia atrás. —Cariño, no sabes cuantos sueños me has robado, y en cada uno de ellos te ves exactamente como ahora. — Él se inclina sobre ella y le besa el cuello, luego comienza un lento y húmedo descenso hacia el nacimiento de sus pechos. —Julián, yo también te deseo demasiado, hasta le puse tu nombre a mi último vibrador. — al segundo de decir esas palabras ella se arrepiente, pero Julián ríe fuertemente. —Que hayas estado pensando en mí mientras jugabas con tu vibrador es una de las mejores cosas que he escuchado en un largo tiempo June. — responde él y la besó de nuevo. Sus lenguas se pelean la una contra la otra, Julián baja sus manos lentamente desde sus senos hasta sus caderas, luego buscan el broche de su pantalón, ella le desabotona la camisa con desespero, ambos se deshacen de sus capas de ropa, June acaricia el pecho de Julián, que es justo como ella pensaba, una barra de chocolate, un atrevimiento repentino entra en ella y se inclina hacia uno de los pezones de él, ella lame con avidez, Julián gime mientras sube sus caderas hacia las de ella. —Creo que ambos tenemos demasiada ropa June. — dice él y ella asiente y cambia su boca de lugar, justo a la boca de él. En cuestión de segundos ambos están en el suelo de su sala arrancándose los pantalones. June contempla desde el piso a Julián él cuál solo lleva sus boxes negros y una tienda de campaña en medio de sus piernas, este le acaricia las piernas y le observa cómo un León a un corderito, ella se estremece bajo su escrutinio. — ¿Podemos apagar las luces Julián? — pregunta de repente ella. —Demonios no, he soñado demasiado tiempo con tu cuerpo desnudo como para no observarlo el día de hoy June. — este comienza a desatar su liguero.  —Quizás la realidad no sea lo mismo que un sueño y no te guste lo que veas Julián. — responde ella con voz quedada. —Y una mierda June, eres hermosa para mí, y no me importa una mujer con un cuerpo real como tú, no me preocupan las estrías o los rollitos de más June, te deseo igual, además tus senos y tu trasero están volviéndome loco desde hace mucho tiempo. —  él comienza a bajar las braguitas de ella y June siente que toda su piel se pone de gallina. — Y justo ahora pienso que estamos utilizando nuestras lenguas equivocadamente. Acto seguido la cabeza de Julián baja entre las piernas abiertas de June, ella arquea el cuerpo, y casi grita cuando lo siente besar su monte de venus, el cual fue depilado especialmente para la ocasión igual que toda su anatomía femenina, dos de los dedos de Julián separan sus labios superiores y exploran dentro. —Estás mojada June, muy mojada, eso me hace muy feliz. — dice él mientras se separa un poco de sus piernas. June está en el cielo o quizás en el infierno, pero le da igual, Franklin jamás le había hablado así, ni tampoco la había tocado así.  La lengua de Julián encuentra el clítoris de ella y comienza a moverlo de lado a lado, luego toda su boca le propina un chupetón, ella grita. — ¡Dios Julián, nunca nadie me había hecho eso! - dice ella retorciéndose. Ella siente que él se sonríe, una de las manos de Julián sube a uno de sus senos y juega con él, mientras que con la otra está acariciando la entrada a su sexo, su boca sigue succionando y besando su clítoris, June no deja de gemir como loca. Dos dedos de Julián comienzan a entrar y a salir de su sexo, ella se retuerce bajo sus manos. Julián suelta su clítoris y con su mano aun entre sus piernas sube hacia su boca y la besa, un beso arrasador que solo la lleva más cerca del precipicio, él la hace sentarse sobre sus piernas, sin nunca quitar su mano de su sexo, ella se queja. —Lo siento cariño, quiero ver tu rostro cuando llegues a la cima. — se excusa él. Con su mano libre le quita el sostén, el corsé sigue el mismo camino hacia el suelo, Julián besa uno de sus pezones y luego lo devora, June lloriquea de placer, nunca se había sentido así en su vida. —Vamos hermosura córrete para mí. —le ordenó él con cariño. Y eso parece ser suficiente para ella, se menea sobre la mano de Julián con fuerza, desesperada por llegar a donde más desea y luego se rompe en mil pedacitos, mientras Julián la abraza June surfea ola tras ola de placer, ni su vibrador podría llevarla tan alto.  Lo siguiente que sucede es que Julián la deja de nuevo en el suelo, todavía tratando de recuperarse del mejor orgasmo de su vida ella observa como Julián se quita su ropa interior. —Aún tomo la pastilla Julián. — dice ella de inmediato. — La necesito para que venga mi periodo. —Perfecto. — exclama él. — June siempre me he cuidado y cada tres meses me hago un chequeo de enfermedades ETS, el último fue hace un mes y estoy limpio. —Está bien, te creo, yo…— ella se siente nerviosa, pero debe decirle. — bueno solo me he acostado con mi exesposo, en toda mi vida, y desde el divorcio no he estado con nadie. —Entonces estamos a salvo. — Y todo queda dicho, él se inclina y la besa de nuevo. Se posiciona en su entrada y lentamente la va tomando, June siente que morirá. —Eres enorme Julián. — susurra mientras lo abraza como un oso perezoso abrazaría a un árbol. —Demonios cariño y tú eres muy estrecha, no voy a durar demasiado, te pido disculpas por eso. Ella le besa la clavícula mientras espera a que termine su descenso, luego de unos segundos están unidos, ninguno de los dos sabe dónde comienza uno y termina el otro, June abraza la cintura de Julián con sus piernas mientras él comienza el vaivén de sus caderas, ambos gimen por la fricción, poco a poco él aumenta la velocidad de las estocadas, June recibe cada una de ellas con júbilo. Él besa sus senos, mientras que su sexo está entrando y saliendo del de ella sin ningún tipo de control, ella acaricia sus hombros, su espalda, su cabeza, trata de que sus manos recorran la mayor cantidad de partes de ese hombre como sea posible, el clímax va creciendo de nuevo dentro de ella, June está segura de que sus vecinos pueden escuchar el concierto que ellos están dando. Ni siquiera las fiestas en el techo del Señor Manchas se escuchan tan alto. —Demonios cariño voy a correrme. — dice él, sus caderas descontroladas y su expresión de placer le demuestran a June que está cerca. —Espera un poco. — suplica ella y mete la mano entre ellos, llegando a su clítoris, con el cual comienza a jugar, la acción parece hacerle más efecto a Julián que a ella. — ¡Si! — grita él mientras se corría dentro de ella, y luego June lo sigue, gritando con todas sus fuerzas gracias al placer que le acaban de dar. Por un par de segundos ambos se abrazan tratando de fusionar sus cuerpos. Julián se derrumba a su lado, colocando su cabeza entre sus senos, una de sus manos hace círculos sobre uno de sus pezones, mientras que le abraza, ella hace lo mismo, pero con un mechón del cabello de él. — ¿Quieres quedarte toda la noche? —  le pregunta ella, bromeando. —Por supuesto que sí cariño. — se ríe él con el aliento entrecortado. Entonces Jax, el cual se quedó dormido en la cocina luego de la cena, hace presencia en la sala, ladrando como loco y tratando de lamer a June, la cual se ríe. —Sácate perro pulgoso, no es tu turno todavía. — dice Julián apartando cariñosamente al animal con una mano, Jax le ladra como reclamando. — le prometí que te iba a compartir, pero aún no estoy listo para eso. — él besa sus labios, apenas un roce, pero ella siente que algo dentro de ella se enciende de nuevo. —Deberíamos subir entonces. — responde June. — a mi habitación. —Será un placer hermosura. — responde Julián. *-* Horas después June se baja de las caderas de Julián, era su quinto… No sexto orgasmo, había escuchado de esta clase de sexo desenfrenado y pasional, pero realmente creía que era un mito, Franklin se cansaba luego del segundo round, o al menos era lo que le decía a ella, en cambio Julián parecía no cansarse de ella. —No será suficiente una sola noche June, he estado fantaseando contigo por demasiado tiempo. — le habla él mientras le extiende un brazo y la abraza. — ¿Qué tal si nos divertimos por un tiempo Julián, sin compromisos? — pregunta ella. —Me parece un excelente trato, sin compromisos y sin amor June. — él la observa con seriedad, ella solo asiente mientras se acurruca más a su cuerpo, iba a disfrutarlo mientras durara. Luego de su divorcio June no deseaba tener ninguna relación seria, por un instante recordó cómo se desarrolló la relación con su exesposo, June una chica virgen de 23 años perdió la cabeza cuando Franklin, un chico alto, rubio, ojos azules y guapo le confesó su amor, en unos pocos meses se habían comprometido, su amor estúpido y ciego le impidió ver las verdaderas intenciones de Franklin y no podía permitir que sucediera de nuevo, por supuesto que su antiguo esposo no había revolucionado sus hormonas como lo hacía Julián, desde el momento en que lo conoció June se sintió atraída hacia él, y no cualquier tipo de atracción, fue como una atracción animal, gracias a la cual June tuvo que entrar a su habitación y masturbarse más de una vez, ese hombre le hablo y una regadera se abrió entre sus piernas. — ¿Julián? — llamo ella, él le contestó con un suave “si”. — ¿Desde cuándo te sientes atraído hacia mí? Él se movió, dejó de abrazarla y se afincó en sus codos buscando una posición para observar su rostro. —Desde el día que entré a esa casa de frente. — dijo él con vehemencia. — ¿A qué te refieres? — inquirió June con el ceño fruncido, llena de confusión. Julián se sienta y se coloca al borde de la cama, justo delante de la ventana de la habitación, luego se voltea a mirarla y le extiende una mano. — Ven, mejor te enseño. — dice. June acepta su mano y luego se encuentra sentada en las piernas de Julián viendo hacia fuera de la ventana de su habitación, él besa su cuello y acaricia sus caderas. — ¿Qué ves desde aquí June? —  le pregunta. —Mi ventana. — responde ella sarcástica y confundida al mismo tiempo, él se ríe. —Si, pero fuera de la ventana, ¿Qué ves? — ¿Tu casa? — pregunto ella. —Si, exactamente mi casa, pero justo frente de tu habitación, ¿Qué crees que hay en mi casa? - él besa nuevamente su cuello. —Sí, haces eso no puedo pensar. — responde ella mientras suspira. Julián se ríe. — Lo siento. — exclama. —Supongo que también puedo ver tu habitación. — June se concentra un poco mejor. — de hecho, puedo observar tu cama desde aquí, nunca lo había notado. — responde. —La primera vez que entre a esa casa fue el día que la compre, estaba con las personas de una inmobiliaria, ellos me estaban mostrando la casa, yo me tomé el atrevimiento de subir a la habitación principal, quería ver el jardín desde arriba, me acerqué a la ventana y del otro lado de la calle un movimiento captó mi atención, ¿adivina que fue? Ella se volteó a observarle. —No lo sé, tú dime. — respondió, pero como que sospechaba su respuesta. —Fuiste tú, te estabas vistiendo y no llevabas nada más que un hermoso conjunto de lencería negra, llevabas medias, y un ligero, se me secó la boca y casi me muero de un infarto, lleve un infierno de erección durante todo el día y por una semana entera pensaba en ti cada día. Compre la casa de inmediato y desde entonces me he convertido en un mirón, siempre te veo a través de tu ventana. June río. — ¿Julián es este el momento donde dices que vas a matarme? — le pregunto fingiendo preocupación. Ahora fue el turno de él para reír. — No cariño, no voy a matarte, no podría hacerte daño, eres la única mujer que me ha convertido en un mirón y me he sentido culpable cada segundo desde que lo hago, pero eres mejor que mil películas porno June y te convertiste en mi adición. — ¿Debo sentirme halagada? — preguntó ella aun bromeando con él. —Demonios sí que sí. — ambos rieron y él le dio un tierno beso. — Te he visto jugar con Julián desde entonces, y la verdad le envidio muchísimo. — ¿Julián? ¿De quién hablas? -  preguntó ella confusa y luego recordó su vergonzosa confesión de antes, se tapó los ojos con las manos. — no debí contarte eso, fue un impulso estúpido, además Julián llego unos días después de que compraras la casa. — ¿A si? ¿Cuándo apareció el Julián de pilas? – quiso saber él. —El día luego de que te conocí, fui al centro de la ciudad y me dije ¿Por qué no? Nunca vas a poder acostarte con tu vecino que está más comestible que una barra de chocolate, así que puedes tener un lindo vibrador nuevo con su nombre. Julián se rio fuertemente. — ¡Vaya June! Sabes cómo levantar la autoestima de un hombre. — él meneó sus caderas en donde una bonita erección comenzaba a saludar contra su trasero. — entre otras cosas. — luego la beso. — Antes de hacerlo de nuevo, ¿Cómo se llamaba tu antiguo vibrador? —Henry. — respondió ella un poquito apenada. —¿Quién es Henry? Si puedo saber claro. —Es mi cantante favorito, es británico e igual de lindo y comestible que tú. — ¿Así que el día que me conociste, subiste a divertirte con el buen Henry? — levantó una ceja fingiendo molestia. —Si, pero ya estaba pensando en ti. — se defendió ella. —June, ¿Qué hay de tu esposo? Aún estabas casada en ese momento. Ella suspira. —Él y yo ya no teníamos sexo, nuestro matrimonio ya estaba acabado, pero ninguno de los dos quería aceptarlo, en ocasiones ni siquiera dormíamos juntos, un par de meses luego de tu llegada me enteré de que se acostaba con su secretaria, comencé los trámites del divorcio después de eso. — ¡Lo siento mucho June! —No, no lo sientes. — ella llevó una mano a su rostro y le acarició. — pero está bien, agradezco tu simpatía. —No, no lo siento, estoy feliz de que te hayas divorciado y de que pueda tenerte aquí, sobre mis piernas. Creo que la razón por la que no me fui luego de enterarme de que estabas casada era porque sabía que no te iba bien en tu matrimonio, y una parte de mí tenía esperanza de que luego de un tiempo, lograría hacerte mía. Julián tocó sutilmente el rostro de June y le beso, fue un beso lento, lleno de promesas y de consuelo. —Creo que aún tenemos energía para que me presentes a Henry y a Julián y juguemos un rato con ellos, ¿no crees? June río. — Vas a matarme de placer, voy a aparecer en las noticias y mi familia va a morirse de un infarto cuando vean el titular: Mujer rellenita muere, gracias a los diez orgasmos que le regaló su candente vecino. Una carcajada salió de la garganta de Julián. — Descuida hermosura si tú mueres yo te seguiré a donde quiera que vayas, porque tú y yo no estamos cerca de terminar esta aventura. — ¿Es una promesa? — pregunto June esperanzada. — ¡Si cariño, lo es! — respondió él y ella fue a parar de nuevo a la cama, debajo de él, mientras se besaban.
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