Julián caminaba entre el personal del taller, tratando de huir, desde hacía años se mantenía una tradición de hacer una pequeña celebración en la tarde de Navidad, por lo general a él le agradaba mucho compartir con su personal, pero ese día en particular su único pensamiento era June, no podía dejar de contar las horas para verla, había tenido piel de gallina todo el día gracias a todas las cosas que imaginaba que podría hacer con ella, no logró concentrarse en nada más, así que finalmente luego de dos horas de estar en la fiesta decidió huir, al fin y al cabo sus hermanos se harían cargo, por esa razón estaba tratando de llegar hasta su oficina para tomar sus cosas e irse de allí, directo a lo más importante de su día. Ya casi llegaba a su destino cuando su hermano James lo interceptó.
—Sé a dónde te diriges y no puedes escaparte aún. — dijo sonriéndole con picardía.
—Hermanito tenemos que arreglar un asunto antes de que te vayas a disfrutar con tu candente vecina. — ese era Jasper su otro hermano y el gemelo de James.
James le abrazo por los hombros mientras Jasper abría paso hacia sus oficinas, al menos se dirigían al mismo lugar.
— ¿Qué podría ser tan importante como para retrasar mi cita de hoy? — les pregunto.
—Ya verás. — dijo Jasper mientras seguían caminando.
Entraron a la oficina de sus hermanos y Julián comprendió a qué se referían, Jax, el perro de la oficina les ladraba alegre, lo habían encerrado antes de que comenzara la fiesta porque usualmente hacia un desastre cuando veía comida y también porque a su secretaria Natasha le ponía los pelos de punta.
—No, definitivamente no. — protesto Julián de inmediato. — ustedes van a casa pueden llevarlo con ustedes, yo no voy a llevarme al perro a casa de June.
—Vamos Julián, tú sabes con seguridad que vas a estar en una casa, nosotros pasaremos por casa un rato, veremos a los niños abrir los regalos y luego saldremos a cazar algunas pollitas, no serás el único teniendo algo de acción hoy. — dijo James con un intento patético de voz seductora.
—Entonces dejen a Jax con mamá, no puedo llevarme al perro estas navidades. —respondió Julián mientras observaba a su peludo amigo.
—Sabes que a mamá no le gusta cuidar de Jax en estas fiestas, el pobre perro se vuelve loco cuando ve comida en cantidad. — dijo Jasper.
—Miren ni siquiera sé si a June le gustan los perros, ella tiene un gato, pero ningún perro, he esperado estar a solas con esta mujer por al menos un año y ahora quieren que me lleve al perro y lo arruine todo. — se quejó Julián el cual comenzaba a salirse de sus casillas.
—Velo de esta forma, podrás saber si le gustan los perros, y así sabremos si tendremos que deshacernos de Jax o conservarlo. — respondió James mientras se reía, Julián tenía un fuerte desagrado por la habilidad que tenían sus hermanos de turnarse para hablar y mantener una conversación coherente y cohesiva.
—Por supuesto que eso es muy importante porque por más que amemos a Jax nuestros miembros están en primer lugar, ¿no crees Jul? - hablo Jasper, riéndose exactamente igual que su gemelo.
— ¿Saben qué? Voy a llevarme al maldito perro solo para dejar de escucharlos hablar, ahora si me disculpan me voy. — Julián se dirigió hacia Jax para desatarlo.
—Vamos Jul, no te amargues antes de la gran noche, no querrás dejar a tu suculenta vecina insatisfecha. — se burló James. — Por cierto ¿tienes suficientes condones? ¡Podemos prestarte algunos, aunque creo que los míos te quedaran muy grandes y los de Jasper muy pequeños!
—Cállate la boca Imbécil. — dijeron James y Julián al mismo tiempo.
Julián tomó la correa de Jax y cruzó hacia su oficina para tomar su bolso de viaje, el cual había traído de su departamento principal. Sus hermanos le siguieron, bromeando acerca de una apuesta sobre quién conseguía a una chica primero. En el camino fue interceptado por su menuda secretaria Natasha.
— ¿Ya te vas? No puedes irte aún. — Jax como de costumbre comenzó a gruñirle a la mujer, ella dio algunos pasos hacia atrás y Julián reprendió al perro.
—Si Natasha, ya me voy, de hecho, ya voy tarde. — respondió Julián. Sus hermanos detrás de él guardaron silencio y observaban la escena.
—Pero la reunión del personal no he terminado aún, además pensé que al terminar ibas a ayudarme a supervisar que el Catering recogiera todo, como cada año.
—Lo siento Nat, esta vez no puedo quedarme, ahora si me disculpas necesito llegar a mi oficina. — ella apretó los labios, asintió y se fue.
—Te lo digo hermano, esa mujer está loca por ti, siempre quiere estar a tu alrededor, cuando estás aquí parece tu sombra, y es un poco aterrador la manera en la que te mira, deberías tener cuidado. — dijo James mientras finalmente lograban entrar a la oficina.
— ¿Tenerle miedo a una mujer como Natasha? – preguntó Julián sarcástico. — pensé que eras más Valiente hermano.
—Ese tipo de mujeres bajitas, introvertidas y con gafas son unas psicópatas, si no hiciera su trabajo tan bien ya la hubiese despedido. — siguió James.
—James tiene razón, Julián, siempre le has gustado y te idolatra, la he escuchado hablando de ti como si fueras una especie de Superman y también es un poco raro que sepa absolutamente todo de ti, incluso qué tipo de sangre eres, ni yo puedo recordar qué tipo de sangre soy, mucho menos la de alguien más. — sentenció Jasper.
—Está bien, tendré cuidado de nuestra secretaria que mide menos de 1.50, pero justo ahora solo quiero ir a buscar a la mujer que deseo, ahora ¿puedo irme ya? — suplico Julián.
—Vete tigre. — dijo James mientras abría la puerta y Jasper imitaba un maullido de gato.
***
June llegaba a su casa por décima vez, había pasado el día haciendo compras de último momento, y cada vez que llegaba a casa recordaba algo más y salía de nuevo, sus pensamientos estaban en otro lugar, justo al lado de Julián para ser exactos, por esa razón había pasado un día distraída, olvidando las cosas que debía comprar, eran alrededor de las siete de la tarde y June aún no estaba lista, al menos en la mañana había adelantado la cena de ese día.
Se estaba sacando las compras del maletero cuando se dio cuenta de que del otro lado de la calle Julián aparcaba su propio auto frente de su casa, él se bajó y ella lo noto un poco turbado, casi molesto, June casi pensó que rechazaría su invitación de esa noche, observó como él abría la puerta trasera, ¿habría traído a alguien más?, ella soltó las compras y le llamó, este se volteó hacia ella, pero no le saludo, más bien gritó.
— ¡Jax no, detente! — fueron las palabras de él, antes de que June fuera derribada por una bestia enorme y gris.
Un perro pitbull terrier se revolcaba contra ella mientras lloraba al mismo tiempo, luego subió y comenzó a lamerle la cara, mientras seguía llorando, como si June fuera un plato de comida después de días de hambre. De pronto, dentro de su rango visual apareció Julián.
—Debemos dejar de encontrarnos así cariño. — le dijo él, mientras le tomaba de la mano y le ayudaba a colocarse de pie. — Creo que mi perro se ha enamorado de ti. — Jax comenzó a ladrar tratando de trepar de nuevo a su cara, como confirmando las palabras de Julián. — Jax si no te quedas quieto te juro que voy a enterrarte vivo en mi patio.
El perro pareció comprender por qué se alejó corriendo por el jardín lleno de nieve.
—Lo siento mucho. — hablo Julián de nuevo.
—No te preocupes, me siento halagada que un chico tan lindo se enamore de mí tan rápido. — respondió ella riendo.
—Bueno Jax no es el único. — fue la respuesta de él y el corazón de ella perdió un latido.
Julián aún sostenía su mano, y ambas manos parecieron calentarse, él se acercó un poco y ella le imitó, estaban tan cerca, un poco más y… El perro se metió entre los dos y ladrando salto sobre June de nuevo, al menos esta vez fue más gentil y ella no cayó en el suelo, Julián se lo quitó de encima.
—Lo siento June, no podíamos dejarlo solo en el taller y mis hermanos me jugaron una mala pasada para traerlo conmigo. — dijo el apenado. — pero voy a dejarlo encerrado en mi casa.
— ¡No por favor! —. Exclamó ella. — No podré comer tranquila sabiendo que el pobre está solo en la casa del frente, tráelo contigo.
— ¿Segura? — pregunto él.
— ¡Si, totalmente! Quizás el Señor Manchas me odie por unas cuantas semanas, pero tendrá que aguantarse, yo soy la dueña de la casa, aunque él se crea que le pertenece. — bromeó la mujer.
—Muy bien, entonces yo me iré a cambiar a casa y luego regresaré con Jax, y prometo comprarle dos cajas enteras de latas de atún a Señor Manchas. — él le sonrió y ella casi deja de pensar.
—Okay, entonces yo también voy a terminar todo.
Julián llamó a Jax, quien había regresado a correr por el patio de June, el animal corrió feliz hacia su dueño, ambos humanos se despidieron y entraron a sus casas. Una vez dentro Julián tuvo una seria conversación con Jax.
—Mira perro pulgoso, tengo un año casi enamorado de esta mujer, hoy es el gran día en el que por fin me voy a acostar con ella y tú no vas a arruinarlo, ¿entendido? Porque si lo arruinas lo de enterrarte en el patio será muy real Jax. — el perro se acostó en el piso y comenzó a gimotear, como diciéndole que él también quería a June. — si te portas bien te prometo que en algún momento la compartiré contigo. — Jax ladro feliz. — muy bien entonces.
***
Dos horas después Julián toca a la puerta de June, con la correa de Jax en la mano, quien mueve la cola contento como consciente que verá de nuevo a la mujer de la que se enamoró ese día.
June les abre la puerta casi de inmediato, Julián se olvida de como respirar, ella lleva unos ceñidos Jeans azul oscuro, una camisa suelta también azul marino, casi negra, su cabello de colores se encuentra alisado de un lado, mientras que el resto está recogido arriba de su cabeza, no lleva maquillaje y Julián piensa que se ve hermosa.
—Lo siento, fui ambiciosa y comencé a alisar mi cabello con la plancha de cabello, pero no logré terminar a tiempo. — dice apenada y luego se hace a un lado. — Por favor pasen, subiré a mi cuarto, me haré una cola y estaré lista.
Humano y animal entran a la casa, este último comienza a olfatear todo lo que encuentra, June cierra la puerta y disculpándose sube corriendo a su habitación, Julián decide sentarse en un sillón, Jax trata de convidarlo a qué le suelte la correa medio mordiendo sus nudillos, pero él le reprende.
—Recuerda nuestro trato Jax. — le dice.
June reaparece diez minutos después, él la observa de arriba abajo, se ha hecho una cola de caballo en el cabello, exactamente como le dijo, también ha aplicado algo de maquillaje en su rostro, Julián no puede evitar pensar que se vería más hermosa sin nada encima absolutamente nada. Él se reprende por estar comiéndose a esa mujer sin ningún reparo, justo frente de ella, pero luego se da cuenta de que June también lo observa como a un bocadillo de chocolate, ella nota que él se dio cuenta de su descaro y prácticamente brinca.
—Esta mañana adelante la cena, hice comida como para seis personas, si quieres mañana puedes llevarte algo de las sobras, siempre cocino demasiado porque mi familia… Bueno todos comemos demasiado. — habla airadamente.
Julián no puede dejar de notar la palabra mañana, así que June espera que él pase toda la noche allí, muy bien, él no espera menos.
— ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? — pregunta él.
—Quizás a terminar la ensalada. — responde ella.
—Muy bien. — él se pone de pie y Jax comienza a ladrar.
— Si quieres suéltalo, podemos prepararle un plato a él también, siempre le hago uno a Señor Manchas, pero hoy se ha ido a su fiesta del tejado, se lo dejaré en la ventana.
Todos se dirigen a la cocina, la siguiente hora la pasan hablando y bromeando mientras terminan la cena, Julián ayuda a June con la ensalada, a abrir el vino y a colocar la mesa. Al sentarse a la mesa ofrecen una oración en agradecimiento por la cena y luego comienzan a comer, mientras Jax devora su plato en el piso, Julián halaga la comida de June, la verdad todo está demasiado delicioso. La conversación gira en torno a la vida de ambos, sus trabajos, sus familias y sus metas de nuevo año.
Luego de la cena June sugiere ver una película y ambos se dirigen de nuevo a la sala. Al sentarse en sillón el hombre puede percibir el aroma floral del perfume de ella, su cabello cae en su espalda y él solo quiere tomarlo, sus senos suben y bajan debido a su respiración, él piensa que es una danza de invitación, lo invitan a tocarlos, la boca de Julián se seca, él mira a June a la cara y observa que ella está igual de afectada y así sin más la atracción entre ellos hace colisión, o sus cuerpos hacen colisión porque lo siguiente que sucede es que ambos saltan sobre la boca del otro.
Julián toma la cola de caballo de June y la libera, una de sus manos va directo a sus nalgas y la otra se mete entre sus cabellos, las manos de June se aferran a la nuca de Julián y ambos se besan como si no existiera un mañana, ella es deliciosa como siempre lo imagino.
— ¡Dios June, estás volviéndome loco! — dice el cuándo finalmente la suelta para respirar. — ¡Te deseo tanto! – Y le besó de nuevo, estaba seguro de que iba a ser una de las mejores navidades de su vida.